El coronel Miguel Osset Acosta vino destinado a Orense como jefe del regimiento y fue el artífice, el creador de la Agrupación Lírica Orensana. Con un único objetivo, que desde hacía tiempo bullía en su mente, así me lo comentó, a lo largo de una gran amistad, que mantuvimos en el tiempo. Melómano, especialmente enamorado de la zarzuela pertinaz en la idea de poner en escena una obra en beneficio de las Viudas y Huérfanos del ejército.
“La viejecita” fue la escogida, zarzuela en un acto y dos cuadros, música del maestro Fernández Caballero, con letra de Miguel Echegaray.
Percibí que en esta aventura que emprendíamos, de lo único que estaba seguro, era la participación de la banda militar del regimiento, al menos de los instrumentos de viento y percusión, la sección de cuerda habría que contratarla, salvo alguna excepción, como era el caso de Franco Muela, que formaba parte de la banda, pero sabía tocar muy bien por cierto, el violín. Este militar se casó con María Teresa Quesada, hermana de los Quesada artistas, que también formaba parte, como corista en la agrupación. Se llamó también a l conocido orensano Luis Madriñán Neira, escritor, poeta, y que había organizado incontables espectáculos teatrales y musicales y había sido requerido como maestro de ceremonia en distintos actos de sociedad de significado relieve. Por tanto persona con gran experiencia para dirigir la escena de la zarzuela.
El local para la selección de voces y primeros ensayos lo ofreció el Club Tenis, sociedad orensana que tenida su sede en la calle Paseo, en el edificio de Almacenes Celestino propiedad de los hermanos Teresa, José y Alfonso Vázquez. Hoy H&M.
El Club Tenis contaba con unas canchas deportivas para practicar este deporte y también un local cerrado, que podía habilitarse para la selección de voces y los primeros ensayos. Estas canchas ocupaban el tramo de la calle Juan XXIII, que va desde la calle Concejo a la avenida de La Habana, detrás del edificio de la Delegación del Gobierno. Más o menos.
Al frente de la orquesta, como director el maestro Vicente Gordo Villanueva y al piano Jose Fernández Vide (hijo), Toda una garantía.
El Coronel Osset, “sin pararse en barras”, quiso hacer un montaje por todo lo alto. Se encargó el vestuario de época a la casa Cornejo de Madrid, los decorados a Geobanini de Madrid y a la Casa Ros de Madrid, ósea todas las casas importantes, que servían a la Primeras Compañías de España vinieron para representar “La Viejecita” en Orense, incluso con el vestuario venia una sastra a su cargo. Que era la encargada del planchado y arreglo de la ropa. No faltó detalle.
Se formó por tanto un elenco de “aficionados artistas”, que para sí quisieran muchos profesionales de la lírica. Tengo que reconocer a los lectores, que no exagero, ni les miento. Así fue. El éxito en la representación fue rotundo.
La obra se representó el día 5 de Noviembre de 1951. Los comentarios fueron unánimes. Los aplausos, las ovaciones fueron atronadoras. El público que abarrotaba el Coliseo puesto en pie aplaudía y aplaudía haciendo que las cortinas, se abriesen una y otra vez. El coronel Osset ilusionado y entusiasmado participaba con todos nosotros. Lo habíamos conseguido.
Yo destacaría de toda la puesta en escena, la expresividad y la naturalidad de todas. La desenvoltura, cosa difícil en las obras líricas, un sentido sutil y poético, que observé en todos los intérpretes, solistas, coro, así como la asunción natural de cada uno de los papeles. Un éxito total de todos los intervinientes.
