No falta quienes anuncien que la LOMCE impone las clases de Religión a todos los escolares, lo que es falso, dado que España es un Estado de Derecho aconfesional, lo que garantiza que ninguna religión tenga carácter estatal. Pero los poderes públicos tendrán en cuenta que las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán relaciones de colaboración con la Iglesia. Católica y con las demás confesiones. Por ello
Los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para facilitar la formación religiosa en los centros docentes públicos.
Esto no contradice sino que complementa la existencia de las parroquias, pues la misma ley le favorece. Las raíces del estatus de la asignatura de Religión están en la LOLR de 1980 y por los acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado español, teniendo presente que no imponen a nadie estudiar Religión. Por respeto a la libertad de conciencia, esta enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los alumnos, y se garantiza el derecho a recibirla.
Los acuerdos no son una herencia del franquismo, son simplemente democráticos y tienen carácter internacional. También es falso que con la Religión el Estado quiera volver al nacional-catolicismo, dado que todas las leyes educativas han sido elaboradas por el PSOE.
Tampoco es un anacronismo, dado que en toda Europa, salvo Francia, se enseña Religión en la escuela, por ser de obligatoria oferta para los centros, aunque de libre elección en los colegios aconfesionales. Los centros tendrán que ofertarla, pero los alumnos pueden no elegirla. La alternativa tendrá el mismo tratamiento que el resto y será alternativa académica en primaria y secundaria. Si hay padres y alumnos de Bachillerato que la soliciten, los centros deben ofertarla.
La LOMCE le otorga a la Religión el carácter de evaluable que le corresponde en virtud de los acuerdos, aunque no entrará en las pruebas finales de Secundaria, ni de Selectividad.
El Estado, siguiendo el artículo 16 de la Constitución, puede establecer acuerdos no solo con la Iglesia Católica sino con el resto de las Iglesias, porque la enseñanza de la Religión Católica incluye un estudio de los elementos históricos, culturales y teológicos de las principales religiones. La enseñanza de la Religión Católica no es una catequesis, por ello un ateo puede cursar Teología para saber lo que creen los cristianos. Si acude a la catequesis es para aprender a vivir cristianamente. La enseñanza religiosa puede servir de referencia a los futuros comportamientos y contribuir al desarrollo global e integral de la persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y espiritual.
Los contenidos y los profesores los elige la iglesia porque ningún estado es competente para establecer lo que se ajusta o no a una confesión religiosa. Por eso depende de las autoridades de esa confesión religiosa designar los contenidos de la fe y las personas encargadas de trasmitirla, con la única limitación de no ser contraria al orden público.
