Opinión

Bendodo pisa la raya

El viocesecretario de Acción Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán no descartó, hace dos semanas, que su partido pudiera hablar con Junts, el partido del prófugo Carles Puigdemont, dentro de la Constitución. Aquellas palabras le valieron la reprimenda de la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra que descartó de plano esa posibilidad. Pero hete aquí que quien ahora abre la puerta a entablar conversaciones con Junts es el “número dos” del partido, Elías Bendodo, quien ha afirmado que “se puede hablar con todos, pero no tragar con todo”y ha vuelto a fijar como línea roja no traspasar los límites constitucionales. Osea, lo mismo que dice Pedro Sánchez pero al que no se le concede el beneficio de la duda y se da por hecha su traición a la legalidad.

Quizá Rollán no fuera tan descaminado y un posible acercamiento a Junts se hubiera barajado en las reuniones de la dirección del PP y puede que ingenuamente desvelara la estrategia del partido, porque solo así se entiende que Bendodo haya vuelto a abrir esa vía que tendría como objetivo, en primer lugar, que fuera un diputado del PP el presidente del Congreso, y quien sabe si luego pactar su abstención, para que Alberto Núñez Feijóo lograra la investidura con su abstención en la segunda votación, todo a expensas de lo que digan los independentistas de Puigdemont, un partido al que el PP sitúa fuera de la Constitución.

Como “número dos” del PP a Elías Bendodo le corresponde tener un peso determinante en las negociaciones que se desarrollan en estos días. Fue el encargado de decirle al PNV que el apoyo gratis total de Vox a Feijóo sin exigir formar parte de su gobierno cambiaba el paradigma de su negativa a apoyar al candidato popular. A pesar de la reiteración de los nacionalistas vascos que no habrá acuerdo en ningún caso, el dirigente popular aún mantiene la esperanza de que se produzca un cambio de opinión de su jefe, Andoni Ortuzar y que apoye un gobierno en solitario de Feijóo. 

Afirmar como ha hecho Bendodo que el PP no pagará ningún precio por los apoyos que reciba es, por decirlo suavemente, un desiderátum que no se va a cumplir. Puede que Vox no exigiera nada públicamente, aunque ya se ha demostrado que el PP ha interiorizado algunos de los marcos ideológicos que ha impuesto el partido de ultraderecha en los pactos que ha firmado allí donde ha entrado en los gobiernos autonómicos dirigidos por los populares. Si Coalición Canaría, como parece acaba dando al PP el escaño 172, puede tener por seguro que no le va a salir gratis, como tampoco le saldría un voto afirmativo o la abstención del PNV, experto en conseguir mejoras para su comunidad autónoma cada vez que negocia en Madrid. Y que decir de las exigencias de Junts que son un torpedo a la línea de flotación de la Constitución. El dirigente popular es dado a hacer afirmaciones que probablemente no puede cumplir y se desliza por la fina línea que separa la veracidad y la credibilidad  de sus antónimos, a punto de caer en lo que critica de sus adversarios y que tan mal resultado le dio a Feijóo en las pasadas elecciones. Además de que Vox ha afirmado que se borrará de cualquier acuerdo en el que intervengan los nacionalistas. 

Elías Bendodo, que es jurista, utiliza en sus argumentaciones algunos conceptos de forma interesada, como situar al Tribunal Constitucional como parte del poder judicial, cuando se trata de una institución autónoma. Y en todo caso si se trata de reforzar la separación de poderes podía aplicarse el cuento con los nombramientos para el Alto Tribunal que ha hecho su partido -lo mismo que el PSOE-, por no hablar del bloqueo durante cuatro años y medio a la renovación del CGPJ.

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