Opinión

El disputado voto del señor Ortuzar

Andoni Ortuzar no tiene escaño ni en el País Vasco ni en el Congreso de los Diputados, pero su voto es el más disputado cuando se precisan los escaños del Partido Nacionalista Vasco que preside para completar mayorías absolutas que garanticen la estabilidad parlamentaria del inquilino de La Moncloa, independientemente de su color político, porque su apoyo le garantiza algún tipo de beneficio y le permite que la peculiaridad fiscal de Euskadi recogida en la Constitución quede fuera del debate político.

Ortuzar fue el primer líder político con el que se puso en contacto el ganador exiguo de las elecciones Alberto Núñez Feijóo para tratar de armar la mayoría de su investidura y recibió una sonora negativa a formar parte de “una ecuación” en la que estuviera Vox con pretensiones de formar parte de su gobierno. El PP considera que el apoyo “gratis total” de Vox y su ofrecimiento de no entrar en el Ejecutivo son motivos suficientes para que el PNV sumara sus escaños en la confianza de que la democracia cristiana del nacionalismo vasco se encuentre más cerca ideológicamente del PP que de la radicalidad de Sumar y de los independentistas de izquierda entre los que se encuentra su competidor en su territorio EH Bildu. El PNV ha vuelto a repetir el portazo. O sea, que al PP le ha durado, en esta ocasión la esperanza de llegar a La Moncloa unas horas. Tendrá que intentarlo por otro camino.

Con los independentistas vascos a escasa distancia el PP consideraba que a Ortuzar le podía interesar la proximidad al Gobierno con unas prebendas aún por determinar, aunque representaba una jugada con muchos riesgos para los nacionalistas. Que Vox no forme parte del Gobierno no excluye que su criterio no vaya a ser determinante, con sus 33 escaños, el día después de la investidura -habrá que conocer la letra pequeña de tanta generosidad- y que trate de aplicar algunos de sus propósitos que ya ha explicitado -y el PP aceptado- en los pactos autonómicos. Y si hay ataques a los intereses nacionalistas en sentido amplio o pulsión recentralizadora, al PNV no le iban a encontrar en esa jugada, y habría que ver qué hacía Vox cuando a Feijóo le tocará cumplir los compromisos adquiridos con el PNV.

El paso de Vox, después de haberse hecho fuerte en las negociaciones autonómicas y poner un alto precio a sus apoyos al PP, puede ser su primer paso en la dirección que pretende Feijóo, primero acentuar su irrelevancia y posteriormente proceder a su reabsorción como ha ocurrido con Ciudadanos, aunque por el camino el PP pierda la vitola de la moderación y los más centrados, posiciones.

Sánchez da por hecho que cuenta con el apoyo de Ortuzar, pese a compartir espacio con EH Bildu y su decisión sobre la oferta del PP acerca a Sánchez a repetir en La Moncloa. Pero Ortuzar venderá caro su apoyo porque solo defiende los intereses de Euskadi.

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