Opinión

El PSOE se convierte en bisagra

Cuando Podemos e Izquierda Unida se hallaban en conversaciones para ver si concurrían juntos a las elecciones del 26-J, un sector de la opinión publicada se decantaba porque la suma de dos más dos no solo no sumaría cuatro sino que se quedaría en tres. Desde que se hizo pública la formación de la coalición Unidos Podemos (UP) se ha revelado que la suma de ambos ha tenido un efecto multiplicador y a partir de entonces todos los estudios demoscópicos han apuntado al ‘sorpasso’ de esta coalición más las confluencias que ya cuentan con representación parlamentaria sobre el PSOE, que quedaría en tercer lugar. Además, según el CIS se ha acabado con otra polémica, la de si habría que contar votos o escaños para ver quién manda: el ‘sorpasso’ según este sondeo es de tal magnitud que ahora sí, el PSOE cosecharía los peores resultados de su historia con poco más del 21% de apoyos, toda vez que en estas elecciones se confirma la defunción del bipartidismo que rasparía el 50% de los votos emitidos, mientras los nuevos partidos superarían el 40%, y la ley D’Hont en este caso equilibraría votos con representación y juega en contra de los intereses de los socialistas, que sufriría las consecuencias de quedar terceros en muchas provincias.

La foto fija que ofrece la encuesta, indica que tanto PP como Ciudadanos logran mantener aproximadamente su representación, siempre un poco por debajo en escaños de los resultados del 20-D. Es decir que los electores llamados nuevamente a las urnas ni han castigado ni premiado la actitud de los partidos durante los cuatro meses que duraron la negociaciones para formar gobierno, ni el dontancredismo de Mariano Rajoy que no se presentó a la investidura, ni el esfuerzo realizado por el PSOE para lograr formar un gobierno transversal, ni la líneas rojas de Ciudadanos. En el caso de Podemos se puede argüir que ha perdido una de sus señas de identidad al aceptar la evidencia de que si quería progresar tenía que sumar el millón de votos de IU pero, a la vista de las previsiones del CIS, es al que mejor le ha salido la jugada de forzar nuevas elecciones. Los votos que puede perder entre los votantes de los partidos coaligados se compensan de sobra por el efecto arrastre que tiene la unidad de los principales partidos a la izquierda del PSOE.

El ‘sorpasso’, además, se puede producir también en otra dirección, el de la izquierda –UP y PSOE- sobre el centro derecha, hasta el punto de que, según el CIS, podrían quedar muy cerca incluso de alcanzar la mayoría absoluta. De esta forma el PSOE se convertirá en el verdadero partido bisagra que puede decantar el gobierno de la nación hacia un lado u otro, después de que Ciudadanos vuelva a quedar en una posición subalterna con respecto al PP y sea impensable la reedición del acuerdo que firmaron con los socialistas.

El clavo ardiendo al que se agarran todos los partidos a los que el sondeo otorga peores resultados que hace seis meses es que todavía hay un 32,4% de los encuestados que no tiene decidido su voto, y que otros tantos no tienen decidido si van a ir a votar, por lo que la capacidad de los partidos para movilizar a los ciudadanos para que acudan a las urnas y luego elijan su papeleta va a ser determinante en esta campaña electoral.

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