Opinión

Vigo quiso llevar a Castrelos el Festival del Miño, desaparecido hace medio siglo

IX  Festival del Miño.
photo_camera IX Festival del Miño.

Debo de ser yo uno de los pocos que por estas fechas de junio se acuerda del Festival del Miño que dejó de celebrarse hace 50 años, por lo que su memoria sólo habita en el recuerdo de los ourensanos mayores. Yo le tengo especial querencia porque estuve muy vinculado a él, y como ya he contado, poseo el único documento, aparte de los discos de vinilo, piezas de coleccionista de sus canciones, que se conserva completo: la grabación de una de sus últimas ediciones de una retransmisión para todas las cadenas de radio de la época que tuve la suerte de protagonizar y, como ya he contado, se halla depositada en el Arquivo Sonoro de Galicia en Santiago de Compostela. Esta reliquia contiene otro elemento de referencia de la época, ya que estaba patrocinada por “Cervezas San Martín”, empresa hoy desaparecida, pero sobre la que entonces se cifraban tantas esperanzas y que era realmente excelente. Alguna vez, por ciento, se me ha ocurrido pensar en ofrecer a alguna emisora local, aquel documento, especialmente a la COPE, o sea, Radio Popular en la que yo me inicié en 1968, con veinte años y donde trabajé como redactor y locutor hasta que en 1972 me trasladé a Vigo. Me asombra encontrar a coetáneos que todavía me recuerdan.

Nunca se supo en su tiempo, pero el dato aparece en el librillo que el concejal de Fiestas de Ourense, Manuel Rego, en los años finales de los 60 y primeros 70, dedicó a contar la historia de aquel acontecimiento del que fue organizador durante varios años, el Festival de la Canción del Miño, que se celebraba inicialmente en el jardín del Posío y luego en el Pabellón de los Deportes de Ourense, desde 1965 hasta 1974 en que desapareció. Dice Rego Nieto en el libro citado: “Un alcalde de Vigo, de apellido Portanet, y que al parecer mandaba mucho en aquella Galicia, estuvo viendo el Festival del Miño y le dijo a nuestro alcalde «Oye, si no podéis económicamente con él, me lo llevo yo para Castrelos»”. No era mala idea: el escenario de Castrelos era un lugar idóneo para este acontecimiento, pero al alcalde de Ourense, David Ferrer, no aceptó. Cabe preguntarse si nuestro festival hubiera tenido más larga vida de haberlo trasladado a Vigo.

IX  Festival del Miño.
IX Festival del Miño.

En el documento sonoro que conservé se escuchan las canciones, el ambiente del pabellón, es como volver a estar allí. El Festival de la Canción del Miño, luego Festival Hispano-Portugués de la Canción del Miño y por fin Festival de la Canción del Miño-Canción del Mundo Celta (con participación, además de españoles y portugueses, de autores e intérpretes de Irlanda, Gales y Bretaña francesa), que de los tres modos se denominó, tiene una historia curiosa y un final, a mi entender, que no merecía, acosado y atacado, sobre todo por dos periodistas, uno exseminarista, que hicieron armas contra aquel acontecimiento musical que convocaba cada año a miles de ourensanos. Fue, dentro de su contexto, un festival más dentro de los que se celebraban en España en los años 60 y 70, ni mejor ni peor. Y se celebraban muchos. Eran los que más fama los de Benidorm, el Mediterráneo (éste en Barcelona) y Mallorca. Pero también en Aranda del Duero y Costa Verde (en Gijón).

Pero para Ourense y los ourensanos era un gran acontecimiento, el gran acontecimiento popular de las fiestas de junio, como ningún otro, que llenaba las gradas del pabellón de los Remedios como nunca se viera en otra ocasión. Y es importante destacar que aparte del festival mismo, donde competían autores y artistas , contaba con un fin de fiesta por todo lo alto, por el que pasaron estrellas del momento como Juan Manuel Serrat, Albano o Nino Bravo. En 1967, un cantante y autor desconocido, llamado Víctor Manuel, ganaba el certamen musical con una algo cursi y pegadiza canción titulada “Lazos azules y rosas” (“Lazos azules y rosas/ es lo que guardo de ti./ Es, ya lo sé,/ poca cosa./ ¿Qué guardarás tú de mí”). Él lo recordaba siempre. El festival nace en la Agencia de Publicidad Central, donde dos ilustres periodistas locales, Gonzalo Belay Pumares y Luis López Salgado (“Pitis”), hacen suya la idea de un ciudadano portugués. La primera edición (1965) acaba con déficit, pero la Comisión de Fiestas echa una mano y salva la situación (en total unas 200.000 pesetas de la época).

Pero en lo que luego será el Festival del Miño, organizado por el Ayuntamiento de Ourense, hay, a partir de este momento, cuatro personajes esenciales. Primero, el alcalde David Ferrer Garrido, quien había encomendado a Manuel Rego Nieto hacerse cargo de la comisión de fiestas. Rego va a contar con la colaboración del periodista Juan Carlos Villacorta, director de “La Voz de Madrid”, con experiencia en organización de festivales, y por fin Antonio Marcos Matáix, presidente de la Asociación de Representantes Artísticos, conocedor de ese mundo y bien relacionado en Madrid. De las cosas que guardo más grato recuerdo era la fase previa, para la selección de la canción portuguesa, que solía celebrarse en el Teatro Jordao, de Guimaraes, a donde nos desplazábamos desde Ourense con Rego los representantes de los medios locales. Luego, el festival se desdobló: un concurso general de canciones de España, Irlanda, Bretaña, Gales y Portugal, y otro de canciones sólo de Galicia, con premios por separado. Merecía otro final y desde luego, recordarlo como yo hago.

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