Quedan 10 y 11 jornadas respectivamente en Tercera división y Preferente, en ambas categorías los equipos ourensanos se juegan su ser o no ser en la zona alta de la tabla, ese objetivo que han estado persiguiendo durante toda la temporada y que siempre, sea por bajas, por lesiones o por una inoportuna pájara, se les ha escapado.
En la Preferente sur tanto Barbadás -que ya ha vivido dos play offs de ascenso sin premio- como Arenteiro -con una plantilla hecha para el ascenso, con el núcleo duro y algo más del Verín de Tercera de la temporada pasada- parecían destinados a entrar sin problemas en ese grupo de los elegidos, pero el devenir de la temporada está dictando sentencia y mientras el Barbadás se ha visto penalizado por las sucesivas lesiones en su centro del campo durante toda la campaña, aunque parece que todavía tiene capacidad de reacción, el Arenteiro, con los mismos puntos que los de A Valenzá en la tabla en este momento, viven una situación que a muchos de ellos les suena a deja vú -esta semana no han entrenado por el retraso en los pagos por parte de la directiva, justo lo que ya le ocurrió a la plantilla de la temporada pasada y a todos los ex verinenses-. Se dirá que una cosa es la situación económica y otra la deportiva, pero la experiencia dicta que estos problemas pesan y mucho en las plantillas. Por tanto al que le toca dar el golpe de riñones es a un Barbadás que este año se juega un premio gordo, ya que ascienden directamente los dos primeros de la categoría. Los tres próximos partidos dictarán setencia. En la misma tesitura se encuentra un Ourense al que se le ha escapado permanentemente ese puesto de promoción durante la temporada. Esos tres partidos en ocho días pueden cambiar la situación y deben hacerlo. Es el momento, como en el ciclismo es necesario el golpe de riñones final. El fútbol ourensano se la juega.
