Llevo ya varios días recreándome en la lectura de “Imperiofobia y Leyenda Negra” de la doctora Mª Elvira Roca Barea; agradezco a mi amigo Javier Prado que haya tenido la gentiliza de poner dicho texto a mi disposición. Es una obra densa, documentada, entretenida y de fácil lectura. Mi pretensión es el desarrollar alguno de los acontecimientos que narra la docta autora y que creo merecen la atención de mis estimados lectores procurando no hacer “spoiler”.
La escritora cita a Thomas Deloney, novelista del siglo XVI, que compara el proceder de los soldados españoles con el de los legionarios romanos que violaron a la reina Boadicea (Boudica) y a sus dos hijas. Las tres mujeres fueron víctimas del insaciable afán de conquista del imperio Romano, que se anexionó el territorio de los icenos a la muerte de su rey Prasutago, esposo de Boudica. Como venganza la reina reunió a todas las tribus de Britania venciendo a las legiones, llegando a conquistar la ciudad de Camulodunum, capital del territorio. Según Tácito, las legiones se organizaron y dirigidas por el cónsul Suetonio Paulino vencieron a las fuerzas británicas, Boudica, para no ser hecha prisionera se suicidó. Pero lo importante es el hecho de que un aficionado novelista no tenga el menor reparo en atribuir semejante vileza a la conducta habitual de las tropas españolas con el único fin de desacreditar a España, lo que ha reforzado la leyenda negra que tanto daño hizo, y sigue haciendo, a nuestro país.
El olvido de la historia es ahora un fenómeno generalizado, nos hemos convertido en críticos y enemigos de nuestra nación y, contrariamente al resto de los europeos, rechazamos nuestra historia: condenamos la Reconquista, la colonización de América, la influencia en Europa, el siglo de oro, el papel decisivo en la defensa del Mediterráneo amenazado por el poder otomano…por citar algunos hechos relevantes. La propaganda sistemática de los adversarios de España han magnificado nuestros errores en la medida de que a ellos les daba mayor gloria. Citaré, por su trascendencia, las batallas entre la armada española y las fuerzas navales de la pérfida Albión finales del siglo XVI: en 1588 la Armada Invencible fracasa en su intento de invadir Inglaterra al sufrir una derrota sin paliativos; animados por el éxito los ingleses enviaron una potente flota, comandada por Drake y Charles Howard, a conquistar Lisboa y hostigar las costas de la península. Mandaban los barcos españoles Alfonso de Bazán y Martín Padilla. La derrota de los ingleses superó con mucho la sufrida por los españoles; Drake y su Howard perdieron 50 barcos y sufrieron 15.000 bajas. Sin embargo los éxitos de la marina española son desconocidos mientras que la de los ingleses es recogida en todos los textos como precursora del dominio naval de Gran Bretaña.
El Viejo Milenario se pregunta: ¿fueron menos sangrientas las persecuciones religiosas en el mundo protestante que los territorios católicos? ¿Fue Guillermo de Orange menos cruel que el Duque de Alba? ¿Fue Calvino más coherente con el mensaje de Cristo que el Papa Alejandro VI? ¿Hemos honrado la figura de Pedro Téllez de Guzmán vencedor de las flotillas inglesas mandadas por Drake y John Hawkins en la misma medida que los ingleses lo han hecho con sus héroes derrotados? ¿Ha sido menos cruel la colonización de las Américas por parte de los Ingleses, franceses, holandeses que los virreinatos españoles?
Lo más triste es que hoy, en una democracia consolidada, donde las libertades individuales han alcanzado un óptimo nivel, los nostálgicos de la dictadura promuevan una revisión histórica tratando de igualar la legitimidad de la II República con el Golpe de Estado de los generales fascistas. No es leyenda negra es Damnatio Memoriae (Condena de la memoria).
