Oh destino, que cruel eres con el hombre! ¡Cómo me cuesta escribir estas líneas!
Compañero Pedro, mucho de los que siempre te hemos apoyado estamos estupefactos por tu inexplicable estrategia para configurar un gobierno progresista de amplia base social. No comprendemos tu indolencia en la búsqueda de apoyos que garantizaran una mayoría parlamentaria progresista que permitiera tomar decisiones que beneficien a aquellos que necesitan de un estado profundamente social y solidario. Cuando optaste, por segunda vez, a la Secretaría General del PSOE adoptaste el compromiso de que las grandes decisiones se tomarían por la mayoría de la militancia y manifestaste tu firme postura de no dejarte presionar por los poderes fáticos que tanto han influido en momentos clave de la historia de España, siempre en beneficio de los más poderosos. Muchos te creímos y, contra todo pronóstico, ganaste. Pero la triste realidad es que las bases seguimos estando al margen en la toma de decisiones las presiones externas te fuerzan (otra cosa sería difícil de entender) a intentar negociar con la derecha cada vez más reaccionaria, de Rivera e incluso no le hacen ascos a conseguir acuerdos con el PP. ¿Recuerdas el No es No que tú protagonizaste para negar el apoyo al nombramiento de Mariano como presidente del Gobierno? Por la misma razón las derechas se niegan a apoyar con una abstención tu elección como presidente. ¿Qué beneficio les reportaría? ¿Qué te impulsó a pedir su apoyo, sabiendo que para ellas cuanto peor mejor?
Somos conscientes de las dificultades que entraña un acuerdo con Podemos, sus principales líderes anteponen sus intereses de partido y ambiciones personales a lograr un acuerdo programático con nuestro partido. Las descalificaciones cruzadas entre responsables de ambas organizaciones no hicieron otra cosas que embarrar el campo de las negociaciones. Declaraciones efectuadas por Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Rafael Simancas... por parte del PSOE o de Yolanda Díaz, Pablo Echenique, Rosa Montero por Unidas Podemos parecen estar hechas para justificar la ruptura que nos abocó a unas indeseadas nuevas elecciones.
¿Por qué se han perdido semanas sin establecer un diálogo con los partidos del arco parlamentario que apoyarían un gobierno progresista? En Italia, en tiempo récord, los partidos políticos conscientes del peligro que representa un adelanto electoral que posiblemente daría el gobierno al neofascista Salvini, han llegado a un acuerdo de gobernabilidad. ¿Por qué en España no fue posible? A pesar de las dificultades los acuerdos en las comunidades autónomas y ayuntamientos fueron posibles prevaleciendo el interés general sobre los intereses de partido. ¿Cuáles son las auténticas razones que impidieron el acuerdo a nivel de Estado?
Los responsables de este desaguisado no sois conscientes del desánimo de los electores de izquierdas que no entienden la ineptitud de sus representantes. Muchos no irán a votar el 10 de Noviembre y otros lo haremos venciendo el instinto que nos empuja a quedarnos en casa el día electoral; lo hacemos porque a pesar de la frustración que sentimos somos conscientes de que España necesita un Gobierno progresista. Confío, Pedro, que no pactes con Rivera, sería una traición a las bases de tu partido que muchos no te olvidaríamos.
