Opinión

El Mal impone su poder

El tetrarca Herodes Antipas, lleno de ira y de miedo, dio una orden tajante a sus soldados: “¡Matad a todo varón de menos de dos años nacido en tierras de Belén y su comarca!” El mandato fue cumplido, con frialdad y sin remordimientos, por los defensores de la ley y el orden. Ningún soldado dudó un solo instante en desobedecer al tetrarca. Cumplieron con saña el mandato de quien representaba la legalidad y por lo tanto sus horribles crímenes gozaban de la impunidad que da el poder. 

En la Alemania nazi fueron asesinados un millón quinientos mil niños considerados peligrosos para la salud y la pureza de la raza aria. Entre sus víctimas más numerosas, aparte de los judíos, fueron los romaníes (gitanos) e incluso niños alemanes con discapacidad física o mental a los que se les aplicaban sistemáticamente mecanismos eugenésicos sin plantearse principios éticos. (El poder también amparaba los crímenes cometidos por cualquier estructura del Estado).

En Beslán (Osetia del norte), el 1 de septiembre de 2004, un grupo de 30 islamistas entró en la escuela y asesinó a 334 personas de las que eran niños 186, además hubo más de 700 heridos; los terroristas fueron abatidos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó sentencia en el año 2017, por la que se condenaba a Rusia a indemnizar a las familias de las víctimas, por no haber hecho lo suficiente para evitar la matanza. (Es destacable el comportamiento de los tribunales internacionales en su parcialidad, la impunidad de los crímenes del Estado hebreo o de EEUU no son nunca objeto de sentencias condenatorias a pesar de su gravedad). 

Palestina: el día 7 de octubre el grupo terrorista islamista Hamás asesina en sus viviendas a 40 niños israelitas. El Gobierno hebreo extermina como represalia a más de 5.000 niños palestinos en la franja de Gaza y la matanza continúa con la pasividad de la comunidad internacional y la colaboración intimidatoria de EEUU. El genocidio se hace con publicidad, alevosía e impunidad. Con el agravante del respaldo mediático, logístico y de armamento moderno que hace de Israel uno de los ejércitos más poderoso del mundo. El criminal en serie que dirige la matanza, Benjamín Netanyahu, recibe el abrazo afectuoso del senil presidente de EEUU, Joe Biden, en señal de apoyo al genocidio de los habitantes de Gaza. (La impunidad de los terroristas israelíes viene dada por el poder del Imperio).

El Viejo Milenario deja de escribir sobre las matanzas, al recibir la angustiosa llamada de una amiga que manifiesta estar horrorizada por la violencia de algunos españoles, privilegiados en todo caso, que furiosos intentan entrar en las sedes del PSOE, blandiendo banderas (algunas predemocráticas), lemas y canciones de la dictadura, gritando desaforadamente contra el presidente Sánchez, al que tratan de traidor por negociar con el fugitivo Carlos Puigdemont. El derecho a manifestarse está amparado por la Constitución siempre dentro de la ley, por lo que cualquier ciudadano puede hacerlo. Pero lo grave es que sea el odio quien protagonice la violencia de las masas que, manipuladas por los enemigos de la democracia, tratan de destruir lo que tanto costó conseguir: la libertad. Sugiero a los preocupados por Cataluña la lectura de la vida de Pau Clarís, que puso a Cataluña bajo la soberanía de Luis XIII, rey de Francia (revindique el Rosellón incluido Perpiñán y la mitad de Cerdeña). 

 El Viejo Milenario no dudaría en participar en manifestaciones (como así lo ha hecho docenas de veces) a favor de los derechos de los pueblos que sufren la tiranía, el hambre, la guerra, la enfermedad y la explotación… por lo que demanda del Gobierno de España la más contundente condena del genocidio palestino y presione a la Unión Europea para que detenga la matanza de los habitantes de Gaza 

El Mal, una vez más, está ganando.

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