Opinión

Mariposas amazónicas

El viejo milenario había decidido interrumpir sus análisis políticos para no interferir, cual mariposa aleteando en el confín de la selva amazónica, en las elecciones a la capital del Estado. Madrid es un verso suelto en una España invertebrada y contradictoria, en la que las batallas ideológicas están abonadas por una memoria selectiva y personal. No obstante, el anciano, quiere dejar constancia de la sorpresa que le produjo el fichaje “podemita” del líder “mantero” Sirigne Mbaye, ya que en términos bursátiles parece una apuesta sin aparente cotización en el mercado del voto. Pablo Iglesias, independientemente de su valoración social, es un saco de sorpresas; todo lo que hace, dice o piensa es motivo de crítica para unos o halago para otros. Sin duda pasará a la historia de la política como la Conjetura de Hogde, que para intentar poder resolverla hay que ser especialista en geometría algebraica. 

Para aislarse de la influencia del devenir político el anciano decidió releer la obra de Hannah Arendt “Eichmann en Jerusalén”, libro de mesilla de más de uno de sus amigos. Cada vez que la relee descubre algo nuevo; a la consabida “banalidad del mal”, que define el perfil vulgar de ciudadanos anónimos que se convierten en crueles asesinos cumplidores de las órdenes emitidas por el Estado, sin valorar las consecuencias de sus actos, hay que añadir en el caso del III Reich, la colaboración necesaria de potenciales víctimas con sus verdugos, llegando a pactar las condiciones de la represión y del exterminio. Así, el nazismo estableció en sus comienzos relaciones cordiales con sectores del sionismo radical, en una negociación de colaboración en pos de una patria para el pueblo judío, llegándose a barajar la engañosa posibilidad de ubicarlos en Madagascar o en territorios de la ocupada Polonia.

Eichmann hizo alarde durante el juicio de su conocimiento del sionismo por haber leído, entre otras, la obra del padre de Israel Theodor Herzl “Der Judenstaat”, la cual es un alegato de nacionalismo reaccionario, parecido en el fondo por ejemplo al revindicado por Sabino Arana para Euskadi. Eischmann presumió durante toda la causa de sus buenas relaciones con los sionistas Berthold Storfer, Paul Eppstein Kimches, Lowenherz o de Rudolf Kastner, que directamente colaboraron con el nazismo en el genocidio del pueblo judío. La capacidad intelectual demostrada por Eichmann era muy inferior a la media, lo que no fue óbice para que cumpliese eficazmente con su papel de organizador de la “solución final”, como lo haría cualquier funcionario que organizase el abastecimiento de víveres a una aislada población. Quizás en el impecable trabajo de Hannah Arendt estén algunas de las claves del comportamiento de los gobiernos de Israel con el pueblo palestino. Personajes como David Ben Gurión, Menajem Beguin, Ariel Sharon… o el actual primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no dudaron en aplicar en Israel políticas que incumplen los tratados internacionales, lo que podemos calificar como crímenes contra la humanidad. 

Un fuerte viento interrumpe las reflexiones del viejo milenario; los árboles se doblan como cañas de bambú azotadas por una tempestad propia del paraíso caribeño. Los pájaros huyen despavoridos, los ratones salen de sus madrigueras y se refugian bajo los cimientos de la casa, los perros ladran amedrentados… Una gigantesca mariposa aletea desesperada victima la trampa construida por una araña hambrienta de noticias impactantes. De pronto un silencio sepulcral tiende su manto sobre la sufrida España y se oye la voz del filósofo que pregunta ¿qué significa la frase “todo está bien en Madrid”?

El viejo milenario se entristeció y comprendió la ira de Gea, la mariposa dejó de aletear y la araña inició su festín.

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