Opinión

Personajes literarios resucitados

El 4 de mayo de 1891, sir Arthur Conan Doyle decide eliminar a su hijo literario, Sherlock Holmes, que muere peleando contra su feroz enemigo, el profesor Moriarty, en las cataratas suizas de Reichenbach. Su final es mal aceptado por los numerosos lectores de la saga Holmes y Conan Doyle, presionado por los fans de su novelesco héroe, resuelve resucitarlo en 1894 (estuvo tres años muerto). 

G.I.S., creador del Viejo Milenario, decide disolverlo en el complejo bosque de su imaginación. Es el momento oportuno para que el Anciano, protagonista de varios escritos, siga el ejemplo del profeta Elías y suba al Carro de Fuego que lo trasladará a la inmortalidad. El Viejo Milenario ha desempeñado el papel de un monje parabolano al servicio de una sociedad compleja donde el bien y el mal conviven en el mismo habitáculo compartiendo la fragilidad de lo temporal. El Mal, idolatrando al dinero y disfrutando de los privilegios que da el poder, despreciando al débil y destruyendo el medio ambiente, colaborando activamente al suicidio lento e inevitable, cuyo final es el bíblico Armagedón. Todo está escrito, todo está sucediendo, ¿cuántas clases de seres vivos son eliminadas cada año? Sin duda miles. Solo los virus, las bacterias y algún insecto serán los únicos pobladores de la Tierra y eso sucederá por la necedad de los humanos.

 Cuando G.I.S. estaba disolviendo al Viejo Milenario, su móvil emitió el pitido que anunciaba la llegada de un wasap. Ambos ancianos interrumpieron su despedida virtual y abrieron el mensaje. Lo enviaba una de las hijas de G.I.S., era breve y textualmente decía: “Papá: transmítele al Viejo Milenario que este sábado escriba algo positivo y optimista en sus conclusiones, es muy necesario. Besos a los dos”. ¿Ser optimista cuando la realidad anuncia la tormenta perfecta que destruirá la civilización? septuagenarios dirigiendo el mundo conscientes de que ellos no sufrirán las consecuencias de su letal gestión. Guerras con armas de destrucción masiva, genocidios impunes, escasez de agua potable, océanos y mares contaminados, agotamiento de los recursos por despilfarro del capitalismo consumista, África hambrienta, Europa desertizada, asesinos múltiples convertidos en dirigentes de Estado, ciudadanos solicitando venenos para mejorar sus cosechas, grandes pandemias asolarán al mundo. Y nuestra hija pide un mensaje optimista y esperanzador. Qué somos nosotros sino insignificantes elementos de un cuerpo de más de 8 mil millones de robots embelesados por la riqueza, las fiestas, el ocio, la pornografía y la envidia. El cerebro reptiliano sigue dominando el instinto y su violencia es cada vez más sanguinaria. La única respuesta de los buenos es universalizar la ética y con ello controlar el cerebro reptiliano.

G.I.S. miró con angustia cómo el Viejo Milenario se quitaba el hábito que le permitía caminar entre dos mundos, e impulsado por un inexistente resorte concluyó: “El Foro donde los representantes del pueblo romano elegían a sus magistrados y promulgaban sus leyes, hoy está abierto para albergar cerdos, mientras los réprobos celebran misas negras con sus togas y ritos orando por la muerte del papa Francisco”. Adorar al gorrino mientras se destruye al mundo. ¿Cómo es posible que no se perciba?

G.I.S., imitando a Conan Doyle, indulta y amnistía al Viejo Milenario, esperando que el gesto se valore como un intento de salvar al Mundo.

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