Opinión

ALGO SOBRE PRISCILIANO

Dada mi condición de gallego irremediable, la simpatía hacia la figura de Prisciliano fue en aumento. Y este interés creciente surgió a raíz de la lectura de algunos textos que Menéndez y Pelayo le dedica en su 'Historia de los heterodoxos españoles'. Así podemos leer: 'Galicia, Lusitania estaban llenas de partidarios de Prisciliano... Dictino y demás obispos priscilianistas fueron consagrados porque hubo que ceder ante la voluntad del pueblo de Galicia'.


Hoy me interesa destacar una faceta importante, muy importante, de los seguidores de Prisciliano: el entusiasmo que mostraban en la liturgia, empleando himnos y cantos populares, siempre en conexión con la sensibilidad viva del pueblo gallego.


Al respecto, el Concilio de Braga intentó apagar este entusiasmo ordenando que en las iglesias no se cantara 'otra cosa que los salmos'. A mediados del siglo pasado, un obispo foráneo vetaba la entrada en las iglesias a las populares bandas de música que -tradicionalmente- participaban en la celebración de la misa mayor con motivo del día del patrón.


¿Un resabio antipriscilianista?

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