Opinión

Despedazar la madre tierra

Se cuenta que en la Grecia antigua el sabio Demócrito no paraba de reír. Desde lo alto de una colina reía y reía a mandíbula batiente. Los vecinos, creyéndolo chiflado, requirieron los servicios del famoso Hipócrates. Este médico despreciaba olímpicamente el dinero, ejerciendo su profesión "gratis et amore". Y afirmaba: "La vida humana es cosa miserable: la atraviesa como un viento impetuoso una incontenible avidez de ganancia. ¡Ojalá todos los médicos se unieran contra ella para curar un mal que es más grave que la locura!"

El caso es que Hipócrates se entrevista con el filósofo y le pregunta cuál es la razón o razones de su continuo reír. Demócrito da una respuesta tan clara que deja al sanador boquiabierto: "Yo sólo me río del hombre lleno de estupidez, desprovisto de acciones rectas, que con ansias desmesuradas recorre la tierra hasta sus confines y penetra en sus inmensas cavidades, funde el oro y la plata, los acumula sin descanso y se esfuerza por poseer cada vez más para ser cada vez menos. No se avergüenza de llamarse feliz porque excava las profundidades de la tierra por medio de hombres encadenados; entre ellos, algunos mueren a causa de los derrumbes de tierra; otros, sometidos a una larguísima esclavitud, viven en esta prisión como en su patria. Buscan oro y plata hurgando entre polvo y desechos, desplazan montones de arena, abren las venas de la tierra para enriquecerse, despedazan la madre tierra"...

Te puede interesar