Opinión

FRENTE AL ABUSO DE UNA PLUTOCRACIA GLOBAL

Esta es una etapa de la historia dominada y dirigida por un sistema económico ultraliberal, mundial y salvaje. Ante este fenómeno, ¿qué fuerza disuasoria cabría oponerle? Hasta el presente no vemos más que claudicación y sumisión a sus omnímodos dictados. Este nuevo Leviatán anda sobrado de poderío y no recata sus anhelos de dominio universal. No respeta derechos y valores éticos conquistados con tanto dolor. Es un capitalismo apátrida capaz de hundir en la miseria a pueblos enteros.


En España los mercados nos señalan la ruta a seguir con su 'prima de riesgo' y otros elementos que traen en vilo a los poderes del Estado. Un día sí y otro también observamos que nuestros gobernantes se encuentran con que sus previsiones no son seguras y con un futuro que a todos nos inquieta.


La violencia del poder del dinero también se concreta y se hace visible en los dramáticos desahucios de familias desalojadas de unas viviendas hipotecadas que ahora, al perder el trabajo, no pueden pagar. Y para mayor inri, estos desahucios se ejecutan en virtud de una ley hipotecaria del año 1909. Y qué decir de las personas que -confiando en la palabra de su banco de toda la vida- entregaron sus ahorros y ahora ven que no pueden retirarlos?


En España asistimos a una sangrante paradoja: siendo el país de Europa que más pisos vacíos acumula, es al mismo tiempo el que más desahucios aplica.


A mediados del siglo XIX, el británico Williams Tacheray, en su novela 'Feria de vanidades' hace decir a uno de los personajes lo siguiente: 'La nuestra es una sociedad de dinero inmediato. Vivimos rodeados de banqueros y de peces gordos llenos de dinero'. ¿Qué diría hoy?


Frente a este poder inmisericorde y sin entrañas, no veo otro remedio que el fortalecimiento de los valores democráticos. Y que nos gobiernen los hombres más capaces que, al mismo tiempo, tengan claro que en la vida no todo es economía.

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