Opinión

DEL HUMANO VIVIR

A vivir que son dos días!' La evidencia de este eslogan prohibe cualquier objeción que intentemos oponerle. El mismo pensamiento expresaban los antiguos al decir que 'el tiempo huye velozmente'.


Sobre el tiempo -el fenómeno que nos envuelve y limita radicalmente- han meditado sesudos y graves varones. San Agustín confiesa sus limitaciones cuando intenta definirlo: '¿Qué es el tiempo?... Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé'.


Para el obispo de Hipona sólo el presente figura como tiempo real. El pasado se halla en el recuerdo y el futuro en la esperanza. En 'Ser y Tiempo', Heidegger sentencia: 'El hombre es un ser para la muerte'. De momento, después de escuchar a tan graves señores, uno vuelve su recuerdo agradecido a Horacio, el poeta romano, que aconseja: 'Carpe diem', vive el momento, vívelo intensamente.


Un perfeccionista sostenía que las horas han de acercarse a nosotros 'vibrantes como espadas' (Ortega).

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