Opinión

¿MALDAD O MAL RADICAL?

Inglaterra -el país más sensato del continente, la nación que alguien calificó de nurse de Europa- ha sido víctima de increíbles actos de destrucción. No dábamos crédito a lo que estábamos viendo por televisión, pero así de cruda y brutal era la realidad.


En un principio, el jefe del Gobierno británico vio la esencia de estos actos increíbles en la quiebra del sistema tradicional de valores (mala educación, dejadez de los padres), para terminar calificándolos de pura perversión, de maldad radical. En otras palabras, estas turbas estaban integradas por gente que sin motivos sociales de precariedad hacían el mal por el placer que en ello encontraban.


Siempre hemos pensado que el mal que nos causamos unos a otros tenía como origen nuestro ego hipertrofiado. Hago el mal porque me reporta alguna ventaja importante en mi vivir. ¡Pero el mal por el mal!


El mal por el mal, el mal radical ¿existe?, ¿puede darse? Rüdiger Safranski, en su libro 'El mal' escribe: '¿Qué sucederá si el mal se comporta de otra manera, si no se trata solamente de la función de una autoconservación sin miramientos, sino que la crueldad y la destrucción pueden pasar a ser un fin en sí, si el mal no pretende conseguir algo, sino que quiere la nada?'.


Pienso sinceramente que este tipo de mal no fue el móvil de tanta ruina. Al fin, el propio Cameron reconoció que la pobreza, el desamparo social y la desesperanza estaban en la base de esta orgía increíble.

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