La Galicia meridional está sufriendo una alarmante sequía. Sabemos de pueblos a punto de agotar sus reservas hídricas. Y esto ocurre ¡na terra da auga! Es más, el fenómeno se repite a través de los años: basta que deje de llover cuarenta días seguidos. Se trata de una situación constante. Ahora bien, si tenemos en cuenta la media de pluviosidad a lo largo del tiempo, en Galicia no debiera pasar esto.
El sentido común nos dice que el mal tiene remedio. Se trata de algo que los gallegos podemos remediar. ¿Cómo? Pues evitando mediante técnicas adecuadas que gran parte del agua caída se pierda directamente en el mar. Y lo que más alarma es la manifiesta incuria por parte de los que gobiernan al permitir que el agua se pierda por las malas condiciones de la red de distribución.
Galicia tiene graves problemas: aprovechamiento deficiente de nuestros recursos materiales en beneficio del país, poco entusiasmo na defensa da nosa lingua, mejora de la sanidad...
En la solución de estos problemas deseo ver competir a los políticos que tan ambiciosos se muestran para lograr el poder. Este certamen en pro de Galicia llevaría al vencedor a ser recordado en la historia y a que su nombre figurase con letras de oro en unas 'tablas capitolinas' galaicas.
