Mensaje de permanente validez en todo tiempo y lugar es el 'sapere aude' de Kant. Como filósofo de la Ilustración, este germano da primacía al poder de la razón, facultad por otra parte común de los seres humanos.
Por consiguiente, si nos atrevemos a pensar, si tenemos el coraje de reflexionar, de educarnos, entonces saldremos de esa penosa 'minoría de edad' para ejercer como ciudadanos en una sociedad libre y de progreso. Y ello es así porque, en efecto, la educación nos hace libres, conscientes de nuestros derechos y participativos con los demás.
Dicho esto, conviene añadir que una sociedad formada por hombres y mujeres libres posee una característica esencial: ejercer el 'uso público de la razón'. En una sociedad tal no tendría sentido la famosa pregunta que alguien formuló con motivo del desastre del 'Prestige': '¿Vive alguien ahí?'
Y termino: en este país -con el pretexto de la crisis- se merman irresponsablemente los dineros para la educación. En estas circunstancias, necesitamos con urgencia ejercer nuestro derecho al 'uso público de la razón'.
