Opinión

Son una banda

Un partido, adivine cuál, ha celebrado una sesión vermú feminista para animar su campaña electoral. Después de un concurso de martillazos en los dedos, o de meter la nariz en un avispero, no se me ocurre nada más divertido. Con su estrategia del palo y la zanahoria, la izquierda posmoderna pastorea al rebaño de los votantes con astigmatismo moral. Todo es humo en la progresfera. Su modo de sustituir en el juego político es la división. Dividir, dividir hasta el infinito, para mantener aisladas a nuevas minorías imaginarias que puedan sentirse más o menos agraviadas por alguien, y que acudan dóciles a la protección del Gobierno. Generan la división, generan la solución. Ahora les ha tocado a las mujeres. ¿De qué será la sesión vermú de mañana? Lo decidirá un Tezanos cualquiera en las cloacas del partido.

Por lo demás, lo ocurrido en Barbate debería haber paralizado la campaña. En cambio, en los actos electorales cuesta encontrar condenas expresas al ataque a nuestra Guardia Civil, sobre todo en el espectro político que va del centro a la extrema izquierda. 

Galicia sabe bien de qué va esto de los narcos. Y de los que se juegan la vida para asegurar nuestras costas. La indignidad del ministro del Interior es infinita. Las imágenes de la lanchita de juguete de la Guardia Civil haciendo el ridículo en total impotencia, rodeadas de narcolanchas potentísimas que se cachondean de ellos, jugando a hacer rodeos, jaleados por los hijos de perra que graban el vídeo desde la costa, ríen, y animan a los delincuentes, son la metáfora más dolorosa de la España de Sánchez: la felicidad de terroristas y asesinos y la constante humillación de la gente de bien. ¿Quién defenderá a la policía en el Gobierno de Sánchez y aliados? ¿Junts? ¿El BNG? ¿Bildu? 

No es difícil. Hagan una prueba: pregunten en la calle a gente al azar cómo habrían resuelto ellos el circo romano de Barbate. Es tan indecente. Cuatro chavales con un tirachinas para luchar contra decenas de narcolanchas de asesinos, y al tiempo destinan recursos a mansalva para evitar que los manifestantes, con o sin tractor, protesten en Ferraz. Creo que fue Albert Rivera el que lo acuñó y yo hoy, retorcido de rabia por esas muertes tan evitables, lo suscribo: ya no son un partido, son una banda.

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