Opinión

Nada les hace cambiar

Los "augures" actúan en gran parte en función de los sondeos que se realizan, y señalan el "camino" a seguir a los políticos que los tienen cómo asesores, influyendo en la trayectoria del partido, lo que ha acabado alejándolos del ciudadano, como estamos viviendo en estos últimos años con el nacimiento del 15M que fue un primer aviso, y especialmente en los meses posteriores a las elecciones europeas con la aparición "huracanada" de Podemos. Posiblemente piensen que la que está equivocada es una minoría de la ciudadanía, teniendo los dirigentes de los partidos la razón, aunque actúan de forma que traslucen luchas internas e imposiciones de candidatos, algunos con un buen curriculum, que es necesario, lo mismo que debería ser el haber trabajado fuera del partido al menos dos años.


Deben saber que estamos en un momento histórico en donde se necesitan líderes y gente con carisma para que sepan recoger lo que el pueblo quiere y necesita, actuar para generar ilusión real y nunca la demagógica. La mayoría de las cúpulas pasan de ello y siguen colocando en los primeros lugares de las listas a los que ellos quieren o les convienen, no lo que una ciudad o comunidad autónoma precisa, siendo pocas las excepciones, claro que teniendo en cuenta lo que acaba de escribir Forges, que un 40% de los políticos sólo conocen el partido cómo medio de trabajo, ya se empieza a entrever el porqué.
 Pase lo que pase, las decisiones se toman con antelación, incluso participando el elegido discretamente en actos del partido por donde tiene previsto que se presente, aunque lo dan a conocer cuando le conviene a la cúpula del partido, y más la composición de los que lo acompañarán en las listas. En las "primarias", si no es el candidato adecuado se le mina hasta que tiene que abandonar. Todos estos hechos coinciden con la disminución de la democracia en los partidos, y pase lo que pase en el país el cambio no se produce, las cúpulas centrales, autonómicas y provinciales deberían pensar en lo dicho por John F. Kennedy: "La base del gobierno eficaz es la confianza pública, y esa confianza está en peligro cuando las normas éticas vacilan o parecen vacilar", o por el cineasta Jamie Kaler: "Qué innecesario es inventar fantasías cuando la verdad es más fascinante".

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