Con el trasfondo de la lucha contra el cambio climático, la opción de proporcionar algo nuevo y que esté acorde con la moda política de los tiempos, y sin olvidar dar nuevas prestaciones, se están construyendo vehículos eléctricos por parte de casi todos los fabricantes del mundo. De los que se pondrán en circulación, Google y Apple insinúan que tendrán Inteligencia Artificial (IA).
Según los expertos, el año 2020 será cuando alcancen los coches eléctricos las mejores prestaciones. En 2015 ya había 1,3 millones de coches eléctricos, y las perspectivas indican que serán 30 millones en 2025, y en 2040 serían 150 millones, cifras que casi todos consideran optimistas. En ese plazo podría aparecer otro combustible menos contaminante y caro que la energía eléctrica actual y con carga con menos inconvenientes y más rápida.
La baterías son de 40 a 95 kWh, que según el vehículo proporciona una autonomía de 241 a 430 kilómetros. Tesla intenta llegar a los 499 kilómetros, una distancia que siendo importante no supera a los tradicionales con combustible de gasolina o gasóleo. Por otro lado, las baterías, de momento, están construidas con material contaminante.
Las principales son de plomo y ácido sulfúrico, batería con oxihidróxido de níquel y un cátodo de aleación de hidruro metálico (normalmente litio) que también se usan en los coches híbridos, baterías de ion litio (las que se están utilizando son litio-níquel-manganeso-cobalto), baterías de litio en estado sólido con una menor posibilidad de que se puedan inflamar. Para el futuro se preparan las no contaminantes, baterías con nanotecnologías de grafeno, trifilina, presentes en pocas baterías comerciales, y las de nano-hilos, estructuras de espuma, nanoyolk en periodo de pruebas.
Las duración de una batería, según datos de 2013 en España, es 14,5 años, aunque a nivel mundial los datos bajan a 11,6 años. Hay un problema de reciclaje que no es pequeño. ¿Dónde se reciclan las baterías contaminantes?, ¿se hará como con los neumáticos?
