Opinión

El reino del revés

Querido compadre, Itxu:

Te escribo desde el Paseo de la Castellana, convertido en nuevo espectáculo callejero para madrileños curiosos. La diversión aquí consiste en situarte bajo la sombra de un árbol, abrir una cerveza y ver pasar comitivas de autoridades contando los coches que forman cada una. Gana de lejos la de Biden. 50 vehículos acompañan al presidente norteamericano. Más que una caravana de escolta, esto parece la inauguración de un concesionario. Me ha llamado la atención el apelativo dado a la limusina de Biden, La Bestia. La Bestia es el nombre del coche, el presidente se llama Joe, y al verlo la gente lo aclama poniendo el acento en la e: ¡Joé! Por lo visto, está muy bien dotado. El coche, no el presidente. Posee todo tipo de medidas de seguridad y extras tecnológicos que puedas imaginar. No quiero pensar lo que tiene que estar pagando de seguro este hombre como lo tenga a todo riesgo.

La cumbre de la OTAN ha puesto Madrid boca abajo. Será por eso, que colocaron nuestra bandera nacional en esa posición. Con el escudo invertido. Y van dos. Me parece ilustrativa la metáfora de un país puesto del revés. La bandera es un símbolo y darle la vuelta, simbólico.

Era yo un niño, imagínate, el siglo pasado, creo que ya existía la luz eléctrica, cuando se puso de moda una canción infantil titulada “El reino del revés”. Recuerdo que la letra decía algo así como “me dijeron que en el reino del revés nada el pájaro y vuela el pez. Que un ladrón es vigilante y otro es juez, y que dos y dos son tres”. ¡Tantos años después lo he descubierto! ¡Aquella canción hablaba de España!

Solo en el reino del revés, los miembros del Gobierno celebran la llegada a Rota de dos destructores más y a la vez protestan por la llegada a Rota de dos destructores más. Sin duda, piensan que ya hay suficientes destructores en los ministerios como para sumar otro par. Solo en el reino del revés la mujer del presidente pretende ocupar el lugar de la reina en las fotos. Solo en el reino del revés crearían el ejército del espacio, deduzco que en un intento de frenar el IPC que, rebasada ya la estratosfera, se dirige hacia el infinito y más allá. Solo en el reino del revés el Ejecutivo quiere consejeros que no aconsejen y que la independencia de la Justicia frente a la política la garanticen jueces elegidos por los políticos. El objetivo es transformar el Constitucional en una sastrería donde se corten sentencias a la medida de los que mandan, se suba el bajo de lo tolerable, se afloje la cintura del rigor, se meta la sisa de los intereses y un corte de manga después, fallo listo para llevar.

Querido Itxu, España es el reino del revés. ¡Despierta! Sólo en el reino del revés un presidente del Gobierno depende de los independentistas y pacta una ley de memoria histórica con los acólitos de la peor banda terrorista de nuestra historia. Solo en el reino del revés el presidente del Instituto de Estadística es represaliado por dar tantos por ciento que reflejan tanto por cierto. Solo en el reino del revés se trata de frenar el déficit público aumentando el gasto público. Solo en el reino del revés cuentan más los que viven del cuento que los que pagamos la cuenta.

Sí, compadre, vivimos en el reino del revés, pero no somos conscientes porque nos hemos habituado a recibir cada día un revés, a que nos cueste más caro vivir peor y a tener que dar las gracias por las desgracias. Por eso, aunque estemos boca abajo la gente no cae. Y por eso, mal que nos pese a algunos, la bandera boca abajo nos representa a todos. Me despido. ¡Etadiuc erdapmoc! (Nota: para entenderlo, léase al revés)

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