Imprevisible todavía el pronóstico para un COB impecable en el inicio de liga, en línea descendente después y capaz de firmar uno de los partidos más brillantes en muchas temporada hace solo cuatro días. La impresión más reciente no deja resquicio a la duda. Un COB fresco, alegre, intenso, descarado... El equipo que se 'vendió' y capaz de llenar el Pazo sin necesidad de artificios. Si consigue insistir en esa tendencia deportiva también llegará la respuesta social. Hasta ahora notable y plausible el trabajo institucional.
El problema de los ourensanos es que también se ha visto su cara mala. La del equipo sin lucidez en el juego en estático, sin respuesta en las zonas y condenado a vivir o morir del tiro exterior. Orgulloso como para no bajar nunca los brazos ni despedirse de los partidos antes de tiempo pero también limitado hasta desesperar y desesperarse.
Buen momento esta noche para pasar por el diván y clarificarse.
Enfrente tendrá a un rival que no acotará la valentía y el ritmo del juego. El Huesca gustará con su estilo. Por desgracia para los jugadores locales y para fortuna de los aficionados que decidan terminar la jornada de magosto a cubierto. Tampoco es mal negocio visto lo que jarrea.
La LEB Oro ha dado un paso adelante en calidad esta temporada y el Huesca es el ejemplo. Jugadores cedidos y otros formados en grandes clubes pero la mayoría ya con caché. Menos del que esperan y deberían alcanzar pero ya bautizados en el baloncesto profesional. Un rival con mucho bueno que ver y el COB que padecer.
Al margen de los gustos, pronósticos y sensaciones, lo importante para el COB es la victoria. Sin cómo ni porqué. Ganar de cualquier forma, encarar el derbi del domingo lanzado, soltando amarras con las dudas y confiado de poder ser lo que los rivales le pronostican.
