Fichajes ilusionantes e inicio de temporada impecable. Todo tras una pretemporada en progresión positiva y un verano criticable pero que ayuda a valorar lo que se tiene. Viento en popa por fin para un club que no recuerda la última temporada en la que pudo presumir a la vez de equipo y de club. En la que ganase más partidos de los que perdiese. En la que soñase de principio a fin con hacer algo grande.
Con las limitaciones presupuestarias que condicionan el proyecto nadie habla o pide títulos o ascensos. Sería injusto. A este COB se le debe pedir ilusionar. Así de sencillo y a la vez de complicado.
La temporada pasada le vino grande al club. Pagó peaje en muchas parcelas, en casi todas. Igual de justo es ahora reconocer que el trabajo institucional ha dado un claro paso adelante. Más sólido en los despachos en todas las parcelas. Hizo una apuesta inquebrantable por los aficionados de pago y está recogiendo frutos. Muy buenas entradas ante Palencia y Valladolid y todos pasando por caja.
Buen ambiente en el Pazo y mejoría de la imagen en la ciudad. Actividades constantes con colegios y asociaciones. Incorporaciones humildes pero resolutivas en parcelas que no premian al instante pero que dan frutos a medio plazo.
Poco se le puede criticar ahora a una directiva que se sigue esforzando a diario y dando la cara por el equipo y el técnico a riesgo de recibir solo críticas.
El club responde para avivar la llama de un Pazo que todavía confía en disfrutar de una temporada ilusionante. Ourense sabe de baloncesto y tiene claro que hay equipo para ello. No se le puede engañar a esta afición.
Es el momento de dar la talla y estar a altura del club y de los aficionados. Esta noche, el martes o el domingo en el derbi pero no valen excusas. Toca ganar e ilusionar. Se lo merecen.
