La ilusión y el entusiasmo con el que abrazó el proyecto esta directiva el verano pasado se está convirtiendo en una pesadilla que todavía no ha alcanzado su máximo grado de tensión. Aislados de la realidad y encerrados en una burbuja de 'fieles' que regalan los oídos como método de ayuda o por intereses personales han ido encadenando decisiones tan involuntarias como erráticas desde el inicio. Ficharon a un entrenador que no querían y ahora se resisten a relevarlo pese a reconocer que ha perdido el control de la situación. Mensajes que hablan de tiritas para reconocer cortes tan profundos que amenazan con la amputación. Golpes en la mesa en privado y decisiones a capricho y desde la visceralidad aún sabiendo que van en contra del interés deportivo del club. Argumentos económicos incuestionables pero que nada tienen que ver con la exigencia que transmite la grada y descartados cuando una semana antes cambian de parecer para 'apuntalar' la plantilla.
El manido proyecto a largo plazo que amenaza con dejar el pabellón vacío y el club en tierra de nadie. ¿No se le ocurrirá dentro de unos meses decir a esta misma directiva que dejan los bártulos? Sería la mofa definitiva hacia quienes quieren al club independientemente de quien lo dirija, lo entrene o lo maneje.
