La clave no está en los marcadores, tampoco en las derrotas. La clave está en la aproximación al nivel máximo. acercarse al límite en cada partido y mejorarlo con el paso de las jornadas. ahí está el problema del Cob. el zumo que consigue en cada partido deja siempre la sensación de saber a poco. Pasó durante toda la temporada pasada y vuelve a pasar ahora. ¿Un espejismo los dos primeros partidos? Ojalá no.
Prudencia y humildad, toda. Victimismo y excusas, nunca. Este COB viene de un verano para olvidar y una campaña precedente con poco que salvar pero eso es historia. El equipo estaba cerrado en la primera semana de pretemporada, la plantilla convincente, sin lesiones y sin ambientes contrarios o pesimistas en ningún momento. Este COB tiene limitaciones, por supuesto, pero es que si no las tuviese habría que exigirle el ascenso. ¿Qué equipo no las tiene? ¿Busma es peor que Stobart? ¿Y Fieler que de la Fuente? Arco jugó tocado y Fieler lo hizo en Lleida. ¿Y? En Lugo ya han perdido a sus dos pívots titulares y en Valladolid se quedaron antes de empezar la liga sin el jugador que debía liderarlos. Un COB que falló tiros cómodos que lo penalizaron. Más o menos los mismos que el Palencia para no ganar por 20 hace 15 días o el Valladolid para no hacerlo por similar holgura. La suerte y las maldiciones son para artículos de relleno en días de poca lucidez. En la pista y en la pizarra carecen de sentido.
Antes de empezar, tiempo de promesas. Aprender de los errores y firme propósito de hacer un baloncesto atractivo y vistoso que gustase al Pazo. Dos meses después el COB promedia 67 puntos en sus tres últimos partidos y el Pazo ha visto tres mates en 120 minutos.
Este COB tiene equipo para ilusionar y bajar marchas voluntariamente suena a escudo protector y nunca a realidad. Una cosas es ir a la contra y otra pretender que se comulgue con ruedas de molino. Apoyar sí, elogiar también. Pero cuando se hace bien. Lo otro es ser cómplice y mirar para otro lado. Ojalá pronto toque lo primero.
