Opinión

Deportistas con fe

Creo que, por suerte, queda mucha gente con fe. Unos la expresan mientras otros reservan sus creencias para su interior. Recientemente, el atleta Dressel consiguió cinco medallas de oro en Tokio y acaba de afirmar: “Mi felicidad está en Dios. Me identifico como una persona profundamente cristiana”, y afirma además: “Jesús es mucho más importante que las medallas de oro”. Al igual que el entrenador de la selección portuguesa Fernando Gomes. Siempre habla abiertamente de su fe en Jesús, que asegura que es la fuerza que lo impulsa a seguir adelante continuamente

Su texto preferido es el que le llevó a ponerse un gran tatuaje de águila que cubre la parte superior de su hombro izquierdo. Se refiere al versículo bíblico de Isaías 40:31, que dice: “Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”. Es el heredero de Michael Phelps, si se mira de cerca su rostro en muchas de sus competiciones dice que lleva escrita con tinta soluble una referencia de las Escrituras. Siempre “esperando en el Señor”, su fe en Jesús asegura que es la fuerza que lo impulsa a seguir adelante continuamente.

Dressel ganó medallas de oro en todas las competencias en las que participó, incluyendo en los relevos 4x100 metros estilo libre, los 100 m estilo libre, los 100 mariposa, 50 m estilo libre, y relevo de 4x100 m. Se educó en un hogar cristiano, pero su fe se fortaleció mientras estudiaba en la Universidad de Florida. Afirma que allí descubrió una profunda relación personal con Jesús, y en ella se sigue congregando: “Es la razón por la que estoy en el deporte, no solo para nadar deprisa, sino para inspirar a la gente y mostrarles dónde encuentro mi felicidad, con lo que Dios me ha dado”.

Al salir de una crisis que estuvo a punto de hacerle abandonar la natación declaró: “Comencé a nadar de nuevo y realmente puse toda mi confianza en Dios y sabiendo que Él se encargará de todo por mí, para bien o para mal. Realmente aprendí mucho, como confiar que hay luz al final del túnel y confiar en lo que Dios está haciendo, ya sea un momento difícil o un punto alto en tu vida”.

De hecho, Dressel le regaló su medalla de oro de los relevos 4x100 m estilo libre en Tokio a su compañero de equipo Brooks Curry, quien había nadado en las preliminares. El nadador dijo: “No necesito un pedazo de metal para rememorar sus victorias”.

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