Opinión

¿Eludirá España los ajustes de Alemania?

Olaf Scholz, canciller de Alemania desde el año 2021.
photo_camera Olaf Scholz, canciller de Alemania desde el año 2021.
España no está en recesión, como Alemania, pero también se verá afectada por la vuelta a las políticas que promueve Bruselas mediante reglas en materia de déficit y de deuda, a negociar tras el 23J

Alemania, la principal economía de la eurozona, está dando un paso hacia la austeridad en su presupuesto para 2024. Después de un período de gasto expansivo para hacer frente a la pandemia de la covid-19 y a la crisis energética generada por la guerra en Ucrania, el Gobierno alemán liderado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz ha perfilado un proyecto de presupuesto que recorta los fondos en todos los departamentos, excepto en defensa.

Los recortes más significativos, de más de 30.000 millones, afectarán a los sectores de infraestructura, salud y subsidios familiares, producto de un regreso a la austeridad impulsado por el ministro de Finanzas, Christian Lindner, conocido por su ortodoxia en materia fiscal. El objetivo es volver al llamado “schuldenbremse” o freno de la deuda, que establece límites al endeudamiento en la Constitución alemana.

Alemania propone una reducción anual fija de la deuda para los países que superen el 60% del PIB. La CE pretende ser más flexible

El presupuesto de Alemania para 2024 limitará el déficit presupuestario al 0,35% del PIB, con un endeudamiento de 16.600 millones de euros, en contraste con los 45.600 millones de este año. Los Verdes, socios de coalición en el Gobierno alemán que encabeza el SPD, están molestos por los recortes, especialmente en el área de subsidios familiares, educación y transporte, mientras ven que el departamento de Defensa tendrá más dinero. Obviamente, la justificación de ese inusual criterio se debe a la guerra en Ucrania.

España, de momento, no se ha planteado un enfoque de austeridad similar, algo que puede explicarse por estar en medio de una campaña electoral en la que se debaten otro tipo de propuestas.

Si bien cada país debe evaluar su situación económica, prioridades y desafíos para determinar la mejor estrategia económica a seguir, al no existir un enfoque único aplicable a todos los contextos, no será fácil eludir un cambio de rumbo, una vez que Alemania ha optado por la austeridad y la disciplina fiscal para controlar su deuda y mantener la estabilidad económica. Y no solo por el peso de Alemania en la eurozona, sino también por las políticas que abandera la Comisión Europea, más flexibles que las de Berlín, pero también de cambio.

Alemania propone una reducción anual fija de la deuda para los países que superen el 60% del PIB, mientras que la propuesta de Bruselas busca un modelo más adaptable.

Bruselas considera que la propuesta alemana es una medida del pasado y no encaja con el nuevo enfoque; por esa razón la Comisión Europea propone eliminar la regla anterior de reducción anual de la deuda y dar más flexibilidad a los países para fijar sus propias sendas de reducción de deuda a través de planes fiscales a cuatro o siete años. Sin embargo, desde Bruselas se introduce un sistema de control más estricto y multas automáticas para aquellos países que incumplan.

Bruselas considera que la propuesta alemana es una medida del pasado y no encaja con el nuevo enfoque

La propuesta alemana no ha sido bien recibida en la mayoría de las capitales, con países como Francia y España oponiéndose a recortes uniformes y defendiendo una diferenciación por estados.

El objetivo es llegar a un acuerdo sobre las nuevas reglas fiscales antes de que termine este año, ya que se prevé que vuelvan a aplicarse en 2024 después de estar suspendidas debido a la pandemia y la guerra en Ucrania. De momento, los líderes de los dos partidos que pueden recibir el encargo de formar gobierno tras las elecciones del 23-J eluden este asunto en sus principales mensajes de campaña.

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