Opinión

BERLUSCONI, EL MUJERIEGO

La misión de la prensa, como sabemos, es informativa y, por lo general, los distintos diarios suelen confluir en las noticias más sobresalientes. De un tiempo a esta parte la crisis, el paro, con sus cinco millones de víctimas, es la noticia estrella. Otra noticia o noticias de mucha singularidad y escandalosas son las indemnizaciones percibidas por esos altos cargos que tienen por misión administrar nuestros ahorros para canalizarlos hacia las obras benéficas que fue la finalidad de crearse estas cantidades (?).


No le van a la zaga otras noticias como la declaración de ETA, que en cuanto no se aclare definitivamente seguirá siendo una incógnita como las películas de Alfred Hitchcock, en suspense, sin olvidar, entre otros, las entrevistas en gasolineras o despachos o ese pugilato Rajoy-Rubalcaba el 20 del presente mes que no se parece mucho a la incertidumbre del resultado de un encuentro entre el Barça y el Real Madrid puesto que las urnas -no lo digo yo sino las encuestas- se decanta por el primero y por goleada.


Pero estas noticias, por reiterativas, invitan al bostezo, al aburrimiento, al tedio o tal vez a la aversión. No obstante, las noticias pueden ser múltiples y de gran variedad que se apartan de la rutina, aunque no sean de mayor trascendencia pero que a algunos o tal vez a muchos nos produzca un momento de coña. Y esto, ¿por qué? Trataré de explicarme.


Hay un señor de edad otoñal que estudió Derecho pero que desde los 23 años se dedicó al negocio inmobiliario. Afortunado en los negocios llegó a controlar las tres principales cadenas de televisión italiana, varios periódicos, salas de cine y la mejor cadena de grandes almacenes, etcétera. Pues este señor, que además de tener dinero y un buen montón de abriles, tiene fama de mujeriego, dio lugar a la noticia que hace pocos días estuve leyendo en el periódico inglés The Times. Y la noticia fue que Silvio Berlusconi, primer ministro italiano, aprovechó un breve saludo con su homóloga danesa Helle Thorning Schmidt para mirarle el trasero sin ningún disimulo poco antes de comenzar la cumbre europea en la Sede del Consejo de la Unión Europea. Y esto después de que la señora Helle se pusiera de espalda dirigiéndose a la mesa. Y es que Berlusconi consideró que la política no está reñida con un moldeado de culo. Lo que no dice el periódico -The Times- que divulgó la noticia es en lo que quedaría pensando Berlusconi después de observar el culo, el trasero que atrajo la curiosidad por esa parcela de la anatomía femenina. Es lógico. Es un pensamiento muy sui géneris. No olvidemos que los pintores ponen de relieve un bello rostro, unos moldeados senos, unas lindas piernas o unos ojos verdes ¿Por qué no, entonces, unas bellas nalgas? Éste Berlusconi...¡genio y figura...!

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