Opinión

SAN CAYETANO Y LOS ENFERMOS

Tal vez San Cayetano sea un santo que no goza de la popularidad, o ejemplo, de San José, Manuel o Antonio. No obstante, la Iglesia le ha distinguido como 'patrón de os enfermos', que aparece ene l calendario dentro de pocos días, el 7 de agosto. Aquí, en A Coruña, tengo un buen amigo sacerdote, don Baldomero Facal Varela, a quien recurro amistosamente como mi asesor eclesiástico cuando me dispongo a escribir algo en torno a la Iglesia. Y he aquí los rasgos más sobresalientes que dno Baldomero me apuntó sobre San Cayetano: Nació en Italia, de familia rica. Fue secretario particular del papa Julio II. Se ordenó sacerdote y pasó a una asociación llamada Oratorio. Después se trasladó a Roma y fundó con otros sacerdotes la Orden de la Teotina. Más tarde pasó a Nápoles en donde surgió una peste y se dedicó a curar a los afectos. Donó todas sus pertenencias a los pobres.


Marco Tulio Cicerón, orador y estadista latino, dijo: 'La buena salud la aprecian más los que acaban de pasar una grave enfermedad que quienes nunca estuvieron enfermos'. Cierto. Las pruebas preparatorias, la camilla, la anestesia, el quirófano, el mido suelen ser momentos preocupantes. Cierto escritor inglés, con fino humor escribió: 'La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano'. Y esto a pesar de los muchísimos años transcurridos desde Hipócrates, el llamado Padre de la Medicina.


Las enfermedades, desde la óptica del profano como el que estas líneas escribe, no se limitan solamente a las corpóreas. San Cayetano tiene un Planeta Tierra en donde atender múltiples enfermedades. La miseria en contraposición a la riqueza, a la opulencia. Ese montón de políticos corruptos es una grave enfermedad difícil de curar por lo que se está viendo. El paro, que está produciendo una epidemia acompañada de visitas a las consultas de los psiquiatras.


El mundo -España- está enfermo. Una oración a San Cayetano para que nos eche una mano en este mundo plagado de enfermedades. Siete de agosto, no lo olviden. En nombre de los que padecen hambre y sed de justicia, muchas gracias.

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