Opinión

Políticos a escena

El sociólogo francés Georges Balandier, describe la tramoya política como “un dispositivo destinado a producir efectos, entre ellos, los comparables a las ilusiones que suscita la tramoya teatral”, y añade luego que “el gran actor político dirige lo real por medio de lo imaginario”. Es lo que define como la transformación del Estado en un “Estado-espectáculo” o en un “teatro de ilusiones”.

Esto queda perfectamente contextualizado en los tiempos actuales, donde los representantes del estamento político aparecen por doquier para poner en valor sus propuestas. En unos casos son sólo eso, meras propuestas, y en otros, actuaciones que están en ejecución o simplemente que por arte de magia y de boletines oficiales se acaban de adjudicar y, por lo tanto, poner en marcha.

De momento, comparecen públicamente por eso de la foto, y protagonizan la visita de rigor, eso sí, siempre en compañía de los medios de comunicación para que den testimonio de sus presencia, pues, como dijo el ex presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, “lo importante es la foto”.

Y una vez que estamos en lo que se entiende oficialmente por campaña electoral -los quince días de rigor como tal-, la Ley de Régimen Electoral General deja bien claro cuáles son las limitaciones de esos representantes institucionales en la vida pública, como por ejemplo en lo que atañe a inauguraciones: “Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas, queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones”. Y continúa: “Asimismo, durante el mismo período queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en dicho periodo”.

Recordando el título de la obra de William Thackeray “La feria de las vanidades”, esto es de lo que se trata durante estos días pre-electorales y los oficialmente electorales. Es como una gran feria donde se exaltan las vanidades de sus participantes.

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