Opinión

Venados (Y venadas)

Me llamo Julia Dorada. Soy pilota de avionas y de helicópteras. Y escribo una artícula de opiniona las juevas y las domingas. Hala, a tomar por saca tanta sexisma machista. 

Yo me apunto a la ‘a’ del femenino. Cualquier cosa antes que el atildado (y paleto) ediles y edilas, diputados y diputadas, compañeros y compañeras. Y menos el paritario-patético miembros y ‘miembras’ de la ministra de marras. Que marraba que te cagas. 

La Real Academia, la misma que autoriza decir murciégalo y almóndiga pero no amota, ya explica que estos desdoblamientos son artificiosos, dificultan la comprensión y solo se justifican cuando la precisión es necesaria. Por ejemplo: ‘Hasta los 10 años el desarrollo del cuerpo de los niños y las niñas es muy parecido’. Pero si decimos: ‘Todos los gatos comen pescado’, no es necesario especificar que también las gatas, y que también sardinas. En nuestro idioma el masculino no excluye al femenino -lo dice la RAE y lo ve cualquiera-, no así al revés: si decimos ‘nuestros amigos’, hacemos mención a hombres y mujeres; si decimos ‘nuestras amigas’, nos referimos solo a las féminas; y si decimos ‘nuestras amiguitas’ se puede entender cualquier cosa, si es que nos ponemos quisquillosos. 

Ahora, en Valencia, además de los monigotes falleros -por aquellos pagos les llaman ‘monumentos’ manda cojones; y los queman; y los políticos lo celebran y no ven ni contaminación ni despilfarro: política: humo y mierda, vamos- echan humo, digo, los semáforos. Han puesto una mujercita con faldas (no sé por qué no con tetas si la mayoría usan pantalones) para contrarrestar al hombrecito de rigor. Tal vez para que no nos confundamos a la hora de cruzar, y sepamos que nos atinge a uno y otras. O de mear, como en esos W.C. en que te ponen una tuerca y un tornillo y uno, al sacar la herramienta, no sabe si ha de afanarse de paso al bricolaje metesaca. Las malas lenguas dicen que las autoridades competentes de Lepe, también querían poner un aviso debajo de las señales de prohibido adelantar: ‘Valido para todos los colores de coches’, por si la peña no lo tenía claro. A este paso, en las señales de tráfico en las que aparece un ciervo -o un venado, que ahora no caigo- con testículos y cornamenta para avisarnos de que puede haber animales silvestres por la zona, habrá que poner ‘una venada’ con sujetador y cancán. Solo así, yo al menos, apreciaríamos la diferencia. Ay, Señor. (Y señorías, que estos ilustrados del twitter y de las 140 estolideces, son las que nos meten en estos galimatías). 

Lo dicho. Por mí todo en femenino. Eso sí, que nos lo comuniquen alto y claro para saber a qué atenernos. Y que se cercioren de que en adelante conduciremos todos por el mismo carril -de izquierdas y a contra mano- como los ingleses. Y como estos politicastros del ‘mamachismo’ que dicen querer visibilizar a las mujeres con su precisión lingüística y en realidad lo que buscan es el voto femenino. Y que inventen palabras nuevas para llanto, cero, caro, cuerdo, palo, ánimo, etc. Y también para venado, que venadas, dignas de estar en un frenopático –de frenadas con pastilla- en mi hormonal entender de macho an-‘alfa’-beto ya hay demasiadas. Sobre todo las que se metieron a ‘políticas’. Como las Colaus. Y las coladas. 

Por cierto, político, es un hombre público. Política es una ciencia que trata del gobierno y la organización de los estados. ¿Veis como nuestro idioma no permite equívocos?

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