Opinión

Ribadavia, de Juzgado de Guardia

Se cumple ahora un año desde que la estación de Ribadavia quedó relegada en la práctica a servicios mínimos. Fue el 1 de junio sin otro aviso por parte de la empresa que los rumores difundidos por los medios, cuando los usuarios se encontraron sin el transporte que diariamente los trasladaba a sus destinos. Desde entonces el recinto ferroviario permanece para los efectos en vía muerta.

Coincide este aniversario con las movilizaciones que a nivel local se muestran contrarias al anteproyecto de ley que pretende suprimir 41 de los 45 partidos judiciales existentes en Galicia. Unas reclamaciones activas y categóricas que luchan por la permanencia de los partidos judiciales con sus correspondientes juzgados y registros civiles en las cabeceras de comarca, Ribadavia entre ellas, quienes sufrirían una grave amputación en sus funciones al privarlas de tribunales locales. Ante este preocupante panorama hay que reconocer la diligencia de la corporación municipal que estuvo presta en dicha demanda haciendo públicas sus protestas en la misma fachada del ayuntamiento con un letrero que reza "A xustiza ó lado do cidadán. Non ó peche do xulgado", que con toda la razón se vio avalada por particulares e instituciones con recogidas de firmas y enérgicas pegatinas en las solapas.

Pero este espíritu de Fuente Ovejuna tan necesario en estas afrentas colectivas, no asomó hace un año cuando nuestra estación quedó relegada virtualmente a la categoría de apeadero por sus horarios irracionales y precios prohibitivos, como el del tren de las 9,55 horas con destino a Orense que ronda los 12 euros. Toda una inútil política de servicios encaminada descaradamente a un cierre en un futuro no lejano de sus andenes alegando falta de usuarios.

Un tema con demasiada gravedad para orillarlo o darle un tratamiento menor como si no afectara al conjunto de la población del Ribeiro, igual que la supresión del juzgado.Una aparente situación de desamparo para el vecino al que no llegan las gestiones de nuestros ediles a lo largo de un año y que reclama las pancartas reivindicativas esgrimidas por autoridades y ciudadanos con idéntica contundencia que en el asunto del juzgado, máxime cuando las frecuencias entre Orense y Vigo, poblaciones a las que vive muy vinculado el Ribeiro,son continuas y la parada facultativa siempre se utilizó en dichos convoyes.

Las desconocidas razones por las cuales nos dejó sin trenes la Renfe, la misma que se pone estupenda en otras partes del estado ofreciendo "descuentos de hasta 70%" y "escapadas a Francia a toda velocidad", resultan más intrigantes desde hace unas semanas cuando se inauguró la Ruta do Viño. O Ribeiro-Rías Baixas en el llamado tren turístico, que a lo largo del verano ofrecerá un total de seis viajes, con parada en la estación de Ribadavia cuyo patente abandono casi impide leer el nombre de la población, en la que inexplicablemente ningún cartel recoge las quejas de los vecinos y de su corporación por la dejadez de las instalaciones, con lo que ello significa de desdoro en la imagen de la decana de las denominaciones de origen gallega, O Ribeiro.

Un servicio tan atractivo como escaso en su calendario, aunque ya existente diariamente hasta que hace un año nos dejaron sin él, por un recorrido de belleza extrema en el trayecto entre Orense y la Ciudad Olívica, en el cual el viajero con horarios racionales y precios asequibles, podía organizar a su antojo tantas rutas como paradas.

Te puede interesar