El duelo era -y aún sigue siéndolo en algunos países- un tipo formal de combate, como se ha practicado desde el siglo XV hasta el XX en occidente. En realidad, es un combate consensuado entre dos caballeros, que utilizan armas mortales de acuerdo con reglas explícitas o implícitas que se respetan por el honor de los contendientes, acompañados por 'padrinos'. Por otra parte, en casi todos los Estados el duelo es considerado un acto ilegal. Quiérase o no, el duelo se desarrollaba por voluntad de una de las partes, el desafiante, para lavar un insulto a su honor. El objetivo no era matar al oponente, sino lograr satisfacción, restaurando lógicamente el honor propio al poner en juego la vida para defenderlo.
No obstante, debe distinguirse a los duelos de las pruebas de combate, por cuanto los primeros no se usaron para determinar culpabilidad o inocencia, ni constituyeron, como correspondía, procedimientos oficiales. Los duelos fueron en cambio generalmente ilegales, a pesar de que en la mayoría de las sociedades donde fue usual, contó con la consiguiente aceptación social, en especial, en los medios de la aristocracia. Como detalle, los participantes de un duelo correctamente planteado no eran corrientemente perseguidos, y en los casos en que sí lo eran, no se les metía en prisión por tal motivo. Visto lo visto, se consideraba que sólo los caballeros tenían un honor que defender, y, por lo tanto, la clase social alta era la que calificaba para realizarlo: si un caballero era insultado por alguien de la clase baja, aquel no lo retaba a duelo, sino que le inflingía algún castigo físico o comisionaba a sus sirvientes para que lo hicieran. La cosa funcionaba así. Por lo demás, la palabra duelo se deriva del latín 'duellum', que en latín clásico se escribía 'bellum', con el significado guerra.
Sea como fuere, las confrontaciones físicas relacionadas con insultos o posicionamiento social se remontan, nada menos, a la prehistoria humana, pero el concepto de duelo formal en la sociedad occidental se originó en el duelo judicial de la Edad Media. Duelos judiciales que fueron abolidos por el cuarto concilio de Letrán en 1215. Seguimos. Después de la ofensa real o imaginaria, los partidarios del ofendido demandaban satisfacción del ofensor explicitando la demanda con un gesto insultante al que era imposible permanecer indiferente; golpear al ofensor en el rostro con un guante, o tirar el guante al suelo delante de él, que con el tiempo se convertiría en sinónimo de cualquier desafío. Esta costumbre se originó en la Edad Media, cuando se ordenaba a un caballero, que recibía una palmada ritual en la cara simbolizando la última vez que la aceptaría sin devolver un desafío. Por tal motivo, cualquiera que fuese golpeado con un guante estaba considerado, como el caballero, obligado a aceptar el desafío, o quedar deshonrado.
Los duelos se efectuaban tradicionalmente al amanecer. También era deber de cada parte comprobar que las armas fueran iguales y que el duelo resultara justo. Como es sabido, en español duelo significa también un estado de luto o aflicción. Sea como fuere, a todo esto podemos decir que, aparte de los que vemos en las películas,tuvieron lugar duelos famosos en Estados Unidos y Europa. Y también en México.
Pero, en su día, y precisamente en nuestro país, el entonces director del periódico 'La Noche', de Santiago de Compostela, José Goñi, y José María Castroviejo,tuvieron una trifulca periodística, pues a José María le sentó muy mal alguna frase dicha por Goñi y no vio salida mejor que la de retarle a duelo, no obstante no estar autorizado ese sistema de dirimir contiendas personales. Es que a Castroviejo le pareció que esa era la fórmula ideal para resolver la enojosa cuestión. Goñi, por su parte, no se lo tomó en serio y tuvo el ingenio suficiente para saldar el compromiso de la siguiente forma. Hizo saber a su oponente que, como él era quien tenía que eligir el arma, se encontraba en una situación muy especial, ya que había hecho el servicio militar como soldado de Artillería. Por ello, la única arma que sabía manejar era el cañón. Así, como era lógico, optaba por el cañón para el duelo. El problema era conseguir dos cañones para el duelo y la munición correspondiente. Ante tal propuesta, José María se echó a reír y ambos, sin más, continuaron como buenos amigos.
