Opinión

Israel frente a Alá

Un mundo horrorizado por el holocausto perpetrado por los nazis en sus doce años de poder, con seis millones de judíos víctimas de aquel genocidio planificado, creó en 1948 el Estado de Israel, democracia fronteriza con feudalismos, dictaduras y teocracias musulmanas. En este país amenazado por Alá con un nuevo Holocausto, Benjamín Netanyahu acaba de ganar las elecciones generales con 29 escaños de los 120 del Parlamento, Knéset, para su partido conservador nacionalista Likud.
 Es su cuarto mandato como primer ministro, el tercero desde 2009; quedó segundo el socialdemócrata Campo Sionista, de Isaac Herzog, con 24. Ambos partidos defienden Israel como nación mayoritariamente judía, aunque con soluciones diferentes para su conflicto con los palestinos. Que también están divididos entre Hamás, islamista-terrorista que gobierna Gaza, y la OLP, en Cisjordania, aunque ambos forman el Estado Palestino, autoproclamado en 2013.
El tercer partido en el Knéset, con 14 escaños, es Lista Común, formado por árabes, dos de los ocho millones de israelíes; la mayoría declara que desea mantener esa nacionalidad.El resto son partidos menores, de izquierda o derecha, algunos religiosos, con los que tendrá que negociar Netanyahu.
 Israel es una única y verdadera democracia entre 400 millones de musulmanes de veinte países totalitarios que desean infligirle su nuevo Holocausto en nombre de Alá.
Los ayatolás que rigen Irán consideran una orden divina volatilizar Israel y buscan su bomba atómica para conseguirlo. Mientras, los EE.UU. de Obama presentan un dudoso equilibrio negociador entre la teocracia amenazante y el amenazado.
Acaba de ganar las elecciones quien garantiza más seguridad y firmes fronteras, frente a todas las amenazas, incluidas las de sus amigos occidentales que le piden diálogo con una parte de los palestinos –Hamás—que anuncia el inevitable Holocausto, obedeciendo a Alá.

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