Opinión

Locos religiosos

Gran parte de los franceses se conmocionaron estos días tras una serie de nuevos asesinatos islamistas, dos de cuyas cinco víctimas representaban los valores de su República.

Fueron los de una anciana judía superviviente del Holocausto y de un teniente coronel de la Gendarmería que se ofreció como rehén para evitar que otro fanático aumentara la lista de sus tres asesinatos previos.

Mireille Knoll, de 85 años, fue golpeada hasta la muerte en su piso del multicultural distrito IX de París por unos jóvenes vecinos islamistas que entraron al grito de ¡Alahu Akbar!; luego la bañaron en gasolina y la quemaron.

Los medios franceses, también algunos españoles, por corrección política para evitar la “islamofobia”, informaron de un asesinato antisemita, como si fuera nazi, cuando en su creciente caza de judíos los islamistas son monstruos iguales a los seguidores de Hitler.

Para los franceses este asesinato, como el de otra anciana judía a la que golpearon y arrojaron por una ventana alabando a Alá, porque asesinar judíos es matar a Satanás, es un fracaso de su laicismo y tolerancia: el islamismo ya es difícilmente controlable en Francia.

El gendarme Arnaud Beltrame encarna al héroe que voluntariamente se sometió a la muerte para salvar a una mujer retenida con más rehenes por otro loco de Alá que quería aumentar su lista de tres muertos en Carcasona, a 770 kilómetros al sur de París.

Sus funerales tuvieron la emotiva grandiosidad que enorgullece a la ciudadanía, algo que nunca se ve en España, donde hubo también héroes que ofrecieron sacrificios semejantes; mucho que aprender.

El Papa relacionó este sacrificio con el de Jesús, precisamente en Semana Santa, mientras la monja argentina Lucía Caram, independentista catalana, comparaba la persecución de Cristo con el encarcelamiento de Puigdemont.

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