Opinión

Treinta años en la UE

Este viernes se cumplirán treinta años de la firma de adhesión de España a la que entonces era la Comunidad Económica Europea (CEE), la mayor y más próspera alianza de la historia de la humanidad. Europa evoluciona, tendrá gobierno único, porque su pacto fundacional de paz y comercio, es cada día más político, pese a todas las crisis económicas y sociales que atravesó la Europa unida desde su embrión en 1951, un lustro después de la II Guerra Mundial, enfrentamiento entre muchos de los que hoy son socios.

Fundada en 1957, el territorio de la CEE es ahora la Unión Europea (UE), con 28 países, con algo más de 200 regiones y casi tantos idiomas, una superficie nueve veces mayor que la de España, once veces su población, y el mayor PIB acumulado del mundo. Cuando Felipe González firmó la adhesión ante Juan Carlos I, que la ratificó, España era aún un país anticuado en tantos aspectos económicos y sociales que ahora resulta difícil describirlo. Recuérdense cómo eran sus carreteras, sus trenes, y hasta en muchas partes sus gentes supersticiosas, toscas, pobres con las ciudades rodeadas de chabolas y con mentalidad anterior a la del Siglo de las Luces. Ir de un lugar a otro de España como no fuera en avión era un martirio. Quizás por eso, y no sólo por cobrar comisiones corruptas, numerosos políticos construyeron aeropuertos innecesarios por todo el país cuando creyeron que éramos ricos.

España se transformó y modernizó básicamente con fondos europeos. Debemos agradecérselo a la UE, pero sobre todo, a Alemania, que fue quien más puso como base de toda prosperidad en infraestructuras viarias, que cruzan por todas partes el país y que lo hacen envidiable en la mayor parte del mundo.

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