Opinión

Begoña juega a la contra

Si bien no existe mandamiento legal que impide hacerlo, el hecho de que la mujer del primer ministro de un país se distinga auspiciando y defendiendo la puesta en marcha de una asociación empresarial cuyo principal motivo de creación es darle la batalla a la gran patronal, puede considerarse altamente significativo. Y más que significativo, casi inexplicable además de incongruente y digno de ser analizado. En la presentación en sociedad de la nueva asociación Conpymes, la palabra la tomó Begoña Gómez, esposa de de Pedro Sánchez y a la sazón en estos momentos, titular de una cátedra extraordinaria de Transformación Social ubicada en la Universidad Complutense de Madrid. Lo hizo, según aseguran algunos periódicos, en su calidad de “experta social” aunque en esas mismas páginas y en otras muchas se proclame que Begoña Gómez ha vuelto a falsear su currículum, una mala costumbre que parece haber copiado de su marido quien también falseó el suyo y salió de aquel atranco sin lesiones graves aunque mal parado. Basta leer algunas de las manifestaciones emitidas por el profesorado de dicha institución para sospechar que Moncloa está detrás este nombramiento. Los docentes de la Complutense se preguntan cómo es posible que una persona que presenta un bagaje nulo y un currículo plano pueda estar administrando un curso de perfeccionamiento cuya matrícula cuesta nada menos que 7.000 euros por alumno.

La intervención de Begoña Gómez no ha dejado indiferente a nadie, y yo supongo que sobre todo, habrá conmovido hasta los cimientos las estructuras de la CEOE y especialmente las entretelas de su presidente, Antonio Garamendi, al que le habrán crujido al comprobar cómo la mujer del presidente del Gobierno se postula en su versión de adalid de la competencia.

¿Esta neurasténica situación podría producirse en Alemania, en Dinamarca, en el Reino Unido o incluso en Francia? No lo creo y estoy por asegurar que es el primer episodio de su especie que se manifiesta, al menos en Europa. Pero España es diferente, y esas diferencias que nos singularizan se producen en las vertientes más inverosímiles. Sospecho que cuando Sánchez acuda a la CEOE para recabar su apoyo le van a decir lo que decían los funcionarios en los tiempos de Larra. “Vuelva usted mañana”. Pero la piedra está tirada.

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