Opinión

El tonto útil

El informe emitido por los forenses que desaconseja el ingreso en prisión del ex presidente de la autonomía andaluza aquejado y en tratamiento por un cáncer de próstata, tiene un cierto regusto piadoso que convierte el dictamen médico en un apremiante ruego en vez de un memorando científico. Los médicos que lo han elaborado no se atreven a pronosticar cómo se producirá la evolución de la enfermedad que padece Griñán porque el inicio del tratamiento es muy reciente y necesita adquirir su normal desarrollo, pero aportan un dato que brota del corazón más que del fonendoscopio. El diagnóstico de cáncer, dicen los firmantes, produce en quien lo padece un derrumbamiento anímico que es muy difícil de neutralizar conviviendo con un ingreso en prisión lo cual es rigurosamente cierto, pero transpira compasión más que rigor clínico. Oponerse a razonamientos como el que se plasman en el dicho informe parece una respuesta inhumana y desprovista de toda piedad. Yo no soy jurista y, por tanto, no tengo alma de árbitro. Soy periodista y mi oficio me ha enseñado a solidarizarme con los que lo pasan mal. Por eso no me atrevo a emitir apostilla alguna a los rigores de aquellos que expresan su disgusto por el hecho de que un reo condenado no cumpla su condena por motivos extra penales, o a los que quieren imponer la lectura contraria. Griñán es un hombre de edad y además está enfermo. Lo natural es dejarlo en paz.

El informe sin embargo analiza el presente y no el futuro, por lo que el espíritu de la decisión esboza tímidamente la posibilidad de efectuar el ingreso cuando la enfermedad remita o permita un tratamiento menos continuado O sea, nunca. En mi fuero interno no puedo dejar de especular con la idea de que desde diferentes instancias se iban a liberar todos los resortes para propiciar que José Antonio Griñán se librara de la cárcel y ahí creo que cumple dejarlo.

Pero sí me gustaría sugerir una reflexión más. Considerando que la culpabilidad de Griñán es evidente y su comportamiento político y administrativo ha sido lamentable, su situación parece propia del tonto útil. Si Griñán va a la cárcel por permitir el fraude habrá quienes lo cometieron. Ninguno de ellos ha sido condenado a prisión porque son dirigentes del PSOE andaluz de gran vitola. Si Griñán debe ir a la cárcel, todos los demás lo merecen igualmente. Y los hay que han sido ministros. E incluso alguna lo sigue siendo ahora.

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