Opinión

La encuesta que juega a la contra

Como era de suponer, el CIS de Tezanos ha terciado en la campaña para la Asamblea de Madrid. Y lo ha hecho emitiendo un veredicto de características extraordinarias porque nunca antes un estudio demoscópico de esta naturaleza había aparecido expresando no horquillas como se acostumbra a proceder, sino en cifras fijas de escaños y por tanto, porcentajes cerrados. Lo habitual es un arco de máximos y mínimos para cada partido pero en esta ocasión no se utiliza ese método. Por lo tanto, y como quiera que se adjudica a Ciudadanos un 4,7% de los sufragios y esta cifra no supera el 5%, la familia naranja se queda fuera del Parlamento capitalino, lo que permite a la previsión del catedrático emérito pronosticar un empate clavado a 68 escaños entre el bloque de izquierda y el bloque de la derecha. El PP de Ayuso ganaría las elecciones con un 39’2% y 59 escaños lo que no le garantizaría la gobernación. Para el CIS, Ciudadanos se quedaría fuera de la Asamblea y Vox se metería en ella por los pelos es decir, con un 5’5% y 9 asientos, perdiendo 2 con respecto a sus cifras actuales. En la otra banda, el PSOE de Gabilondo haría 38 escaños y un 25’5% de los votos, Mas Madrid se mantendría en 14,8 y 20 escaños y Unidas Podemos aumentaría 3 puestos por el efecto Iglesias y alcanzaría 10 diputados regionales. Por tanto y haciendo cuentas, igualdad a todo.

Los antecedentes de José Félix Tezanos a los mandos de una institución que había consolidado un cierto prestigio hasta que cayó en sus manos, no animan a considerar muy afinado el estudio. Como siempre, los resultados que pregona parecen obedecer más a los deseos del profesor santanderino que a la palpitación de la actualidad y lo que se baraja y maneja bajando a la calle. 

De todos modos, hay un sentimiento compartido en este ámbito enrarecido por la pugna política a la bayoneta calada. La población de la comunidad de Madrid está comúnmente cansada de que se culpe a sus habitantes de todos los males del resto de los españoles. Y están más quemados que el palo de un churrero de que sigan protagonizando chascarrillos que denuncian su chulería y su falta de solidaridad. Es un factor que quizá Tezanos no tenga en cuenta y los politólogos tampoco. El hartazgo del madrileño no se mide pero está. Vaya si está. Lo dice uno de ellos aunque no vota.

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