Opinión

La falta de respeto

De entre los muchos mitos literarios universales que han servido como modelo de inspiración para el cine, sospecho que uno de los que han sido peor tratados es el de los tres mosqueteros, que como todo el mundo sabe, en realidad fueron cuatro. El último de los productos basados en los inmortales personajes fruto de la inspiración del escritor francés Alejandro Dumas es una serie firmada por la BBC que se ofrece en el primer canal de la pública y que a los errores incalificables cometidos en la interpretación del periodo histórico, hay que añadir una lectura libérrima de las novelas protagonizadas por la saga de los mosqueteros del rey cuyo resultado final es un bodrio con estructura de video juego que los herederos del famosos y estrambótico autor francés o en su defecto la fiscalía general de la República francesa si es que no hay herederos capaces de defender el legado, deberían recurrir. Hay, eso sí, un homenaje disimulado a la figura del autor que consiste en convertir a Porthos en un hombre negro, como era en realidad Alejandro Dumas –hijo del primer general de esta raza que tuvo el ejército francés- si bien este recuerdo susurrado y pensado para culturetas no es capaz de paliar el desaguisado de una serie en la que, por ejemplo, sus guionistas no se han enterado a estas alturas de que las pistolas usadas en el siglo XVII –Dumas sitúa el inicio de su historia en 1625- no eran armas de repetición sino de un solo tiro. Todas las armas de fuego de entonces y hasta muy entrado el siglo XIX habían de cargarse para el siguiente hasta que llegó Samuel Colt e inventó el mecanismo de repetición. En uno de los episodios más recientes, los cuatro amigotes protagonizan una ensalada de tiros contra las huestes del cardenal Richelieu en la que los pistolones de Aramis, Porthos, Athos y Artagnan disparan hasta veinte tiros seguidos sin el menor sofoco.

Pero lo que realmente no admite disculpas por encima de esas licencias anecdóticas es la falta de respeto con la que los productores y guionistas de esta serie y de otras muchas e insufribles producciones vagamente inspiradas en la saga han tratado a sus personajes. Sus caracteres, su personalidad, sus singularidades y sus sentimientos. Por tanto, en lugar de ver estas películas tan horrorosas todas, lo mejor es leer las novelas. Son además, maravillosas.

Te puede interesar