Opinión

Mas enfermo

Como cada dúo de cómicos procura hacer de uno de ellos el tonto para convertirlo en el envés y contrapunto del listo, en el caso de los grupos políticos parece obligado elegir también a uno que adopte el papel de mentecato, rol en el que va incluido el catálogo entero de errores, dislates, inconveniencias, meteduras de pata y salidas de tono suficiente para que el ridículo se condense en uno solo y los demás se encuentren convenientemente liberados y no tengan que preocuparse más de lo estrictamente necesario por los chistes críticos y las sátiras pesadas que publique la prensa. Este personaje se lo gana normalmente a pulso ejecutando con entrega digna del máximo reconocimiento su delicado cometido, y da gloria verle ejercer de majadero integral en todos los foros especialmente si la representación se lleva a cabo en ámbitos que no le son propios y en los que no suele disfrutar de la complicidad y comprensión de sus paisanos.

Artur Mas lleva mucho tiempo desempeñando este cometido pero se le advierten más sus carencias cuando abandona su terreno y asoma la patita por el exterior. El lunes dejó su territorio y se desplazó a Madrid para asistir a los actos de homenaje al añorado presidente Suárez, y fue el único que desafinó y mira que asistieron personalidades y pueblo a estos actos cuajados de nostalgia, gratitud y sentimiento. Bildu se ha negado a colocar en el ayuntamiento de Bilbao las banderas a media asta en señal de luto y allá ellos y su conciencia que estoy seguro tiene más trampas que una película de chinos pero es Bildu, todos sabemos lo que representa y ninguno de ellos asoma el pescuezo fuera de su gallinero porque sabe que estarían para cortárselo. Su mezquindad hace que añoremos aún más a Iñaki Azkuna.

Mas sin embargo es un osado además de un incompetente, y se aventura en territorio comanche donde pone al descubierto el inagotable protocolo de sus flaquezas. Su comportamiento en los funerales de Suárez ha sido tan insensato que hasta Miguel Roca se ha sentido en la obligación de marcar con él un conveniente territorio para que se sepa que una cosa es ser nacionalista y otra cosa es ser un cretino, y que una cosa no tiene por qué llevar a la otra.

Mas está enfermo y le ha contagiado su enfermedad a la Cataluña que gobierna. Que no les pase nada con semejante sujeto.

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