Opinión

Panorama desde el puente

Los corrillos de prensa se hacen eco de ese posible cambio en el reparto accionarial de Prisa que dejaría el grupo de telecomunicación por completo en manos francesas, manos que sintonizan abiertamente con quien gobierna en el Eliseo, y que no tienen lo que se dice grandes similitudes con unos socialistas en minoría parlamentaria y en situación de precariedad, a la caza y captura de un nuevo líder que consiga sacar al partido del marasmo. Dicen desde Francia que quien se postula con más fuerza es Ana Hidalgo la gaditana que gobierna París.

Si esa captura del 30% que se propone Vivendi se concreta, habrá pacto en la cumbre con el fondo de inversión Amber que controla otro 30%, y el viraje ideológico de la cabecera líder de ventas en papel de España se convertirá en una realidad que la coalición de Moncloa no quiere ni ver por mal que se lleven entre ellos. Pero peores pueden ser tantos franceses juntos.

Hay un decorado para estas maniobras orquestales en la oscuridad que no presagia un invierno tranquilo. Las operaciones por el control del poder informativo que Moncloa ha ejercido con mano de hierro se inclinan por echar el telón en ese escenario en el que quien manda y ordena en el hecho informativo es el propio Gobierno. Un Gobierno tan concienciado de la importancia de dominar a los medios que ha batido todos los registros de asesores, todos adoctrinados, todos preparados, todos implicados en la tarea. Desde que Pedro Sánchez llegó a Moncloa, el número de asesores ha crecido en un 45%. Hay 1.200 asesores, de los que 551 son altos cargos.

Desgraciadamente, esta situación no prende en unos medios de comunicación muy participados desde el poder. Nunca hasta el momento el país se había enfrentado a un incremento tan severo de la inflación, ni jamás se había producido tarifas tan altas de electricidad y combustibles. España huele problemas graves de desabastecimiento en muchos sectores trascendentales de su actividad productiva, y debería mirar de reojo a nuestros vecinos portugueses cuyo gobierno ha hecho crisis y se encamina a un adelanto electoral después de que a Antonio Costas le hubiera fallado la aprobación de sus presupuestos. Nuestra posición es cada vez más débil, nuestra prospección futura no tiene buen aspecto… No estamos para bromas, para trifulcas y para frivolidades. A ver cuando la clase política se da cuenta de ello.

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