Opinión

Monterrey, la resurrección

En mi artículo anterior (“Monterrey, su última batalla”) no dije nada que no se pueda decir, ni tampoco nada que se deba callar. Van corriendo los días y el rumor va dejando cada vez de serlo y por eso mismo en la comarca se lio parda. Era visto. El cuento es harto sabido para repetirlo.

Cansados unos de pedir explicaciones y otros perezosos en darlas, se presentó el señor Feijóo en una visita acertada en el día y en la hora y puso los puntos sobre las íes al decirnos repetidamente: “Imos ter un Parador singular”, y en esto sí que estoy de acuerdo, tan singular que debe ser el primero que a escasos doscientos metros tenga otro. Por cierto, el morfema en castellano de singular es nulo.

“El actual parador ya cumplió su compromiso, que era el de aprovechar el tránsito de la N-525”, dice la presidenta de Paradores, y me pregunto yo ¿qué tránsito hay que aprovechar ahora, el del AVE? ¿O es que el tránsito de la N-525 es diferente al de la autovía? Los tiempos han cambiado extraordinariamente y ahora no viajan siempre los mismos y el que más o el que menos lo hacen dentro siempre de sus posibilidades y no es como antaño que los hombres donde nacían, allí morían.

A propósito, se me olvidaba, respecto “a las pérdidas” del actual Parador, mal encaminado lo veo que si para poder solucionarlo desvisten a un santo para vestir a otro y después para más INRI con la posibilidad de que pase a manos privadas y que continúe teniendo un carácter hostelero; entonces ustedes mismos se estarían echando piedras contra su tejado, pero si no siempre queda la venta. Están los tiempos para comprar un parador o para hacer hoteles de lujo.

Continúen con la rehabilitación conforme a la cesión, que no era otra que la condición de que se dedicara a fines culturales, y respeten los esfuerzos de Taboada Chivite y de Ferro Couselo en la recuperación de la fortaleza y que les valió que fuera declarado Monumento Histórico y Artístico en junio de 1931. No modernicen lo inmodernizable. Decía Gasset que hay generaciones infieles a sí mismas, que defraudan la intención histórica depositada en ella y creo que los vecinos de la comarca y otros que no lo son no quieren traicionar ese nuestro espíritu “Nós” que descubrió y mostró ese legado.

Si algo hay que agradecer a la supuesta rehabilitación es que en estos últimos dos meses nunca se ha hablado tanto de la fortaleza como hasta ahora, pero lo más significativo fue la resurrección de Monterrey entre los vecinos de la comarca y ausentes.

Realicen un proyecto cultural histórico-etnográfico en la fortaleza, desde el nacimiento del castillo, pasando por la vida de sus condes, sus posesiones, enfrentamientos y guerras. Muestren nuestras fiestas y sus orígenes paganos, hagan un museo del carnaval, intenten traer lo llevado o entregado en custodia, muestren toda la riqueza histórica de la comarca que no es poca. Concentren todo esto en la fortaleza y una vez finalizado ya verán como el turismo se incrementa, por la sencilla razón de que el turista o el invitado tienen algo que poder ver y no un castillo con habitaciones y cafetería. Cada cosa para lo que es. Y este turista que tiene algo que poder ver y conocer es el mismo que llenaría la hostelería, el comercio y el actual Parador. Y no hace falta ser un entendido en la materia, solamente ser un turista.

No le quiten a Monterrey la dignidad de ser fortaleza, que es sencillamente su encanto, y no lo avasallen convirtiéndolo en morada.

Todos tenemos el derecho a opinar y a enunciarlo si se cree conveniente, pero eso sí, siempre con respeto y cierta lógica. También puede ser que el equivocado sea yo, si es así pido disculpas de antemano.

He aquí un artículo para todos, menos para los que no quieran ver.

Te puede interesar