Opinión

Un calendario botánico camino de Montealegre

La Ipumea indica,  florece en septiembre en la rúa Laza.
photo_camera La Ipumea indica, florece en septiembre en la rúa Laza.

Casi todas las mañanas, Carmucha Pérez Ávila, bióloga y profesora de Instituto jubilada, le echa ganas y sube la empinada cuesta que la lleva al “Arboretum del Bosque Atlántico”, conocido por los ourensanos de toda la vida como Montealegre. 

Para  suavizar el esfuerzo de la  subida y por deformación profesional, se va fijando en las plantas que la mano del hombre fue desperdigando por el camino en un paisaje mezcla de urbano y rural. El resultado es un calendario para 2024 titulado “De casa al Botánico”, con el protagonismo cada mes de una planta que crece en los mas de dos kilómetros ocupados por siete calles, partiendo de Celso Emilio Ferreiro hasta el monte.

La Mandevill sanderi, o jazmín brasileño, florece en agosto en la calle Maside.
La Mandevill sanderi, o jazmín brasileño, florece en agosto en la calle Maside.

Carmucha recoge una muestra de la flor, la dibuja  y le otorga un mes. Así, a enero le toca la Liriodendrum tulipífera  localizada en la calle Celso Emilio Ferreiro, a mayo  la Liquidambar orientalis  de la calle Milagrosa, y  así hasta el final del trayecto. 

Esta mezcla de disfrute de la naturaleza, deporte y divulgación científica la lleva practicando Carmucha durante años, junto con sus compañeros biólogos, en el cuidado del espléndido jardín que rodea el Instituto Eduardo Blanco Amor. 

Partiendo de este calendario podría trazarse una ruta botánica hasta el Montealegre un tanto desconocido por los ourensanos.  En la portada del calendario la autora del mismo incluye la frase que Adolfo Domínguez pronunció en la entrega del premio “Ourensania”: “Y que el botánico sea el cerebro y el corazón de una ciudad de flores”.  

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