Opinión

Una calle para el pintor Corbal

Hace unos días se celebró en el Liceo el último acto de homenaje con el que la familia, los amigos y los admiradores de su obra celebramos los cien años del pintor Pepe Conde Corbal. Uno de los participantes, Armando González, propuso que la ciudad le dedicara una calle, propuesta a la que se sumó la directiva del Liceo y estoy segura que muchos ourensanos, incluidos los que no estaban allí. Corbal nació y vivió su juventud en Pontevedra, en una familia de poderes e influencias locales, pero gran parte de su vida la pasó en Ourense, en donde nacieron sus hijos. Corbal no solo fue el primero en pintar los rincones más hermosos del Casco Antiguo de la ciudad, sino que retrató a todos los hombres de la generación Nós, la mayoría ourensanos, y a sus sucesores, a los que admiró y trató y de los que aprendió a amarla. Pintó escenas cotidianas como la tertulia del Hotel Parque y ningún otro intelectual gallego tuvo el honor de que su entierro fuera pintado como el cuadro que Corbal hizo del entierro de don Ramón Otero Pedrayo. Corbal dedicó horas, afanes, amores y vida a esta ciudad en la que se integró y a la que inmortalizó en su pintura. A lo mejor “solo por eso”… bien podía dedicársele una calle. 

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