Opinión

Desidia para una fuente digna de Versalles

El cartógrafo Madoz la describió así: “En el centro del claustro de Los Caballeros (en el Monasterio de Oseira) existe una fuente de admirable fábrica y 20 pies de elevación, adonde sube el agua, la cual sale por cuatro caricaturas y canales de bronce a un primero y segundo pilón cayendo en un estanque de figura octógena”. El poeta Samuel Gómez, en su libro de poemas “Posío” (1955), le dedica estos versos: “En tu bosque la fuente monacal con taza poliarcada y surtidores tan altos que parecen de colores si el sol dora sus trenzas de cristal”. Y Ferro Couselo escribió: “Otra fuente de Orense y para todos la mejor. Con la gracia sutil de sus curvas borrominescas y sus pilas a modo de corolas, sería digna de los palacios de Versalles. Es la pieza del Posío y el Posío es el jardín por antonomasia”. Sería conveniente que los ourensanos, cuando abran la boca de admiración ante el árbol navideño, tuvieran presente que debajo está la fuente y el peligro que sufre.

Creada para el Patio de Los Caballeros del Monasterio de Oseira, en 1855, como consecuencia de la desamortización, es trasladada al Jardín del Posío, formando un hermoso rincón romántico en la zona alta del mismo, conocida por los ourensanos como “el bosque”. En 1969, una estupidez municipal decide trasladarla a los jardinillos vecinos a la Alameda, sustituyendo a la estatua de Concepción Arenal. Su lugar en el Jardín lo ocupó un cutre parque infantil.

Desde hace dos años esa fuente, amorosamente descrita por gentes cultas y sensibles, corre serio peligro de ser gravemente dañada con la colocación de un falso árbol luminoso. Asistir como espectador al montaje del tal árbol pone los pelos de punta y encoge las tripas. Inexplicablemente, el Ayuntamiento que contrata a la empresa que lo coloca no exige absolutamente ninguna protección para la fuente. Suponiendo que no hubiera otro lugar donde colocarlo, que sí lo hay, en cualquier lugar del mundo el monumento histórico se cubriría y protegería como si se esperara un bombardeo. Aquí la única exigencia que se puso a los montadores del árbol, según declaró su responsable a La Región, fue “que tuviéramos cuidado”. Menos mal… El Ayuntamiento, con una tremenda irresponsabilidad, no toma precauciones para proteger la fuente y la Comisión de Patrimonio, como es habitual, no está ni se la espera. Por supuesto ninguna asociación cultural, excepto la Asociación para a Defensa do Patrimonio de Galicia, ni fundación (en la provincia hay al menos seis con el nombre de personas a las que el patrimonio local interesó sobremanera), nadie, levantó la voz para denunciar la barbaridad municipal contra la fuente más bonita y valiosa de la ciudad.

¿PARA QUÉ SIRVE LA LEY 
DE PATRIMONIO?

Resulta desolador leer la justificación que da la Comisión de Patrimonio de la Xunta en Ourense para justificar su falta de intervención en esta caso. Alude y se refugia en un trámite burocrático que le impide no solo actuar, sino ni tan siquiera manifestar un poco de cabreo (perdón por el lenguaje). No invito a los lectores a que lean la Ley de Patrimonio de Galicia porque es tan farragosa y ambigua que no hay manera de concretar de quién es el patrimonio gallego ni hasta dónde llega la capacidad de tomar decisiones de la Xunta sobre patrimonios municipales que, supongo, es bastante extenso. Lo que sí queda claro en la tal Ley es que: “Vincula a las entidades públicas, Policía, ayuntamientos, notarios, registradores y ciudadanos a colaborar en la defensa del Patrimonio autonómico”. Pues eso. ¡Anímense hombre!, no vaya a ser que tengan que lamentarlo

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