Opinión

Un salto adelante

Mientras escribimos estas líneas, el melómano Aloysius ha descubierto entre mis pertenencias un  viejo CD con los éxitos de “Madness”. Y no ha podido resistirse a la tentación de resucitar a aquellos iconoclastas skatalíticos británicos que tanto escuchamos en la Compostela de los años 80. Uno de sus temas más populares es “One step beyond”, un paso adelante. Más que un paso, más bien un salto y un notable empujón es lo que la covid-19 ha supuesto para la humanidad, además de tanto padecer y zozobra. Concretamente, nos referimos a la implantación de la asistencia sanitaria remota, de mayor conectividad y resolución, que de no ser por esta dichosa pandemia probablemente no se hubiera desarrollado con tanta celeridad. 

Hay quien todavía reniega de este tipo de asistencia sanitaria, anclados tal vez en el clásico modelo de relación médico-paciente basado exclusivamente en la interacción personal, con siglos a sus espaldas, desde que uno de nuestros antepasados se acercó a un prójimo enfermo o herido, con la intención de aliviar su sufrimiento mediante los paupérrimos medios a su alcance. Sin renegar de un vínculo todavía esencial en muchas ocasiones, lo cierto es que tendremos que aprovechar cada día más las ventajas de las nuevas tecnologías y la informática en los centros de salud y los hospitales. 

Como en tantas otras cosas, en Asia ya nos llevan ventaja, e importantes empresas han descubierto este filón y están dedicando a este campo ingentes recursos en investigación, desarrollo e innovación. Nuestro propio gobierno acaba de anunciar a bombo y platillo un ambicioso y creativo Plan 2050, con una serie de propuestas de lo que debería ser España a mediados del siglo XXI. Y aunque pueda sonarles reiterativo, ¿se imaginan cómo será entonces nuestra asistencia sanitaria? 

La inteligencia artificial (IA) avanza hoy en día a pasos de gigante. Difícil concebir lo que habrá aportado a la Medicina dentro de 30 años. Lo cierto es que la redes de comunicación serán esenciales para que el médico disponga de manera veloz y en todo momento de la información necesaria para el diagnóstico y tratamiento de los enfermos. Para ello, los expertos reclaman el paso del cobre a la fibra, la transición del campus wifi a la red óptica sostenible, de alta velocidad y baja interferencia. Insisten en que las redes de cables de cobre poseen una capacidad limitada, fácilmente rebasada cuanto más usuarios y dispositivos entren en acción, intentando satisfacer una demanda de datos jamás vista. Además, las constantes interferencias están presentes, retrasando el proceso de transmisión y cuestionando la seguridad de tan sensible información. 

El envejecimiento poblacional, una realidad constatable en nuestro entorno, obligará a que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda acceder a la atención médica remota de la manera más rápida posible. Y ya estamos dando esos pasos adelante.

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