Opinión

CIFRAS

Para empezar a sumar líneas hablaré de cifras, que, en ocasiones, resultan muy difíciles de concretar, curiosamente, si tenemos en cuenta que no hay nada más exacto que la matemática, o sea lo del sumar uno y uno que hacen dos, o cien más cien, doscientos. Pero cuando el mundo numérico está tamizado por el interés, de sobra lo sabe Andrés o filósofo Pitágoras, ya no hay resultado justo que valga sino la cuestión depende de vender cada cual y de acuerdo a su varita mágica la cifra a obtener. Así que nos encontramos hoy con 2.500 manifestantes en Ourense, según la policía local que se convierten en 5.000 si los cuenta los sindicatos convocantes, cifras que están distantes por el doble, o la mitad, adepende.


Lo que no cabe duda, por las fotografías publicadas en primera página de La Región, es quien gana en una comparativa de la manifestación política de la mañana o la manifestación lúdica vespertina, es decir, desfile carnavalesco. Por goleada ganan las caretas claras. Lo que no deja de producir cierta tristeza, pues a peor situación más fiesta para desahogar al pueblo, versus Maquiavelo. Y no es que esté a favor de la manifestación en contra de la reforma, pues sin reforma ya vemos hasta donde nos llevó el anterior gobierno, pero de momento no tengo ganas de fiesta y me declaro por ello en huelga de ellas hasta que vea las cosas a mi alrededor mejor que las veo ahora. Eso sí, me alegro de que los demás lo pasen tan bien.




NO


Así de rebelde, de contundente, de contrario al sí buana (o sí wana, que no sé muy bien) me expreso. Un NO como una casa a tanta casa que se levanta con el cartel de 'compro oro' y que invade tanta fachada de bajo, entresuelos, e incluso algún cuerpo viviente de hombre anuncio que además reparte folletos para animarte más a desprenderte de lo que te queda del noble metal, recuerdo de la abuela o de la primera comunión.


No, no, no compro oro ni lo compraré, sobre todo como fórmula de especulación pronta, barata y al peso. Es la decadencia.




Ciudad


Hace unas semanas estuve con Santiago Lago tomándonos un café y recordando a Manuel. Santiago lo echa de menos, mucho, pues siempre tenía en él al referente para el contraste de ideas del catedrático de economía, y de los estudios que llevar a la práctica algún día en nuestra provincia. Confiaba en su liderazgo natural, económico y social, y presumiblemente algún día en el necesario para la política. Pero Manuel Rodríguez de la Fuente voló de nuestro lado y no solo dejó un poco huérfano en este aspecto a Santiago sino a muchos otros que lo estimábamos tanto. Pero cambiando impresiones sobre el presente y futuro de Ourense conocí su interesante estudio del que se hace eco hoy el periódico y que fue presentado en mayo del pasado año a nuestro Concello por parte de él mismo y Alberto Vaquero.


Comparto muchas ideas de este estudio, sobre todo una de ellas enfocada al turismo termal que exige oferta hotelera buena. Pero buena oferta turística es la que se completa con la posibilidad del paseo por ciudad digna de ser visitada y apreciada a través de calles que el informe llama 'amigables' para los transeúntes. Y aquí quería llegar yo. Porque paseando ayer mismo por el cauce del Barbaña, (que bien podría cubrirse de ser esta su vista todo el año), al pasar por el parque nuevo del estanque cuyos chorros de agua llegan (casi) al cielo nos encontramos con la fea fachada en medio de tanto plan urbanístico que uno no sabe por qué aún no hay normativa que impida este feísmo dentro del casco urbano.


Al menos, podría sugerirse el darle llanos a esta superficie impropia a criterios estéticos y hacer concurso de graffitis para lograr eso que dice el informe de los profesores antes citados, hacer 'amigable' el paseo por Ourense. Y para muestra, comparen estas dos fachadas, una, la de Ourense y la otra en la Croix-Rousse de Lyon (¡ojo, todo puro dibujo!) a donde te lleva precisamente la guía turística de la ciudad como motivo digno de ser visto, ¿con cuál se quedan ustedes? Pues eso.

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